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Rey defiende que la asignatura de religión debe tener en cuenta a los profesores

El consejero destaca la «profesionalidad» de estos docentes y la aportación al alumno.

El consejero de Educación, Fernando Rey, inaugura el simposio ‘Religión en la escuela’. LETICIA PÉREZ

Publicado por
León

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DL | VALLADOLID

El consejero de Educación de la Junta, Fernando Rey, destacó ayer que cualquier diálogo que se abra sobre la asignatura de religión en las aulas, «debe tener en cuenta los derechos laborales de las personas que muy eficazmente están trabajando en este momento impartiendo clases» en esa materia, en torno a 740 en la Comunidad, y unas 10.000 en España. «Esto no debiera nunca perderse de vista y a partir de ahí podríamos dialogar todo lo que se quiera», dijo.

Rey hizo esta reflexión momentos antes de inaugurar el I simposio ‘Religión en la escuela’, organizado por Escuelas Católicas, en un acto que contó con la presencia del cardenal y arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez. El consejero precisó que en la Comunidad, imparten clases de religión católica 700 profesores; y evangelista, 38, y «quizá a partir del próximo cursos «dos, tres o cuatro de religión islámica».

Fernando Rey compareció antes de abrir el simposio junto al secretario de Escuelas Católicas, Antonio Guerra, y explicó que en un tiempo en el que los profesores de religión «se ven amenazados por posiciones muchas veces que se enuncian de forma muy agresiva» y en su opinión «muy ignorante», decidió acudir hoy al encuentro de docentes para conocer su trabajo. «Vivimos tiempos donde sobran los gritos, sobra la agresividad, y falta la reflexión y el diálogo sincero y justo», enfatizó.

Rey recalcó en su alocución, que la sociedad «vive un tiempo de turbulencias políticas e ideológicas» y, «sobre todo, de turbulencia mental, como diría Ortega y Gasset»; y en ese contexto expuso que se discute desde el punto de vista teórico y normativo, «el lugar de la religión en los espacios públicos, entre ellos, la escuela pública».

En este sentido, reconoció «la profesionalidad, la dedicación y el esfuerzo de estas personas» y afirmó que «mucha gente no sabe cómo se dan las clases de religión y sobre este campo hay todo tipo de elucubración, suposiciones, incomprensión y prejuicios».

Así, expuso su deseo de que la gente supiera cómo se están dando estas clases y lo que «de positivo tiene a la aportación intelectual y de valores a los alumnos que quieren este tipo de asignatura», porque «se trata siempre las modalidades de religión confesional, modalidades voluntarias y libres». Aseveró que estas enseñanzas hacen «aportaciones muy significativas» porque «no se puede entender nada de nuestro arte sino conocemos algo de la biblia, de nuestra propia tradición judeo cristiana, ni la filosofía, ni la historia, porque el factor religioso es una factor conformador de lo que llamamos civilización occidental». Rey se detuvo en este aspecto y apostilló que «lo que ocurre es que está en crisis nuestra civilización occidental» y recordó que «la filosofía griega, el derecho romano y el cristianismo son los pilares de nuestra civilización».

Fernando Rey prosiguió su argumentación en defensa de estas enseñanzas y se refirió al diálogo entre el cardenal Ratzinger (Benedicto XVI) y el filósofo «más influyente contemporáneo» Jürgen Habermas, en 2004, que «para desconsuelo de los laicistas ignorantes defiende el papel de la religión en la construcción del diálogo político de nuestras sociedades». Unas sociedades, dijo, que deben ser secularizadas, donde debe haber separación iglesia estado, y «no hay ninguna nostalgia de neocatolicismo». «Cada uno en su campo, pero sin desconocerse», aclaró.

Así, se mostró conforme a la reflexión del filósofo en defensa de una religión que «aporta mucho al consuelo individual de las personas, pero también a la sociedad en su conjunto». «Necesitamos construir una sociedad democrática polifónica en la que cada uno tiene su papel», resumió.

En cuanto al debate sobre la inclusión en el currículo de la asignatura de religión, indicó que «es discutible», y reconoció que «personalmente» ha mostrado sus «dudas de que sea evaluable». «La religión dentro del currículo es opinable», dijo. Con todo, como consejero asumió que debe cumplir las normas, que tampoco le parecen «irrazonables», y recogen «una solución entre otras posibles». «Cada uno tiene sus opiniones, y ésta no es una cuestión de fondo, es una cuestión adjetiva, incluso técnica importante», concluyó.

El I simposio ‘Religión en la escuela’ congregó ayer en el Palacio de Congresos Conde Ansúrez más de 550 profesores de todas las diócesis de la Comunidad, que podrán adquirir nuevos recursos para impartir esta materia.

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