Diario de León

Un rebaño único

Un vecino del municipio salmantino de Villavieja de Yeltes posee 90 cabras con cuatro cuernos, un fenómeno singular en España.

José Manuel Martín y su hijo del mismo nombre crían cabras con cuatro cuernos. DAVID ARRANZ

José Manuel Martín y su hijo del mismo nombre crían cabras con cuatro cuernos. DAVID ARRANZ

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León

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isabel garcía | salamanca

El campo charro es uno de los paisajes más conocidos y destacados de Salamanca y donde campan a sus anchas entre encinas y pastos toros, cabras, éstas las menos, ovejas o cerdos. Todas especies conocidas y disfrutadas por la calidad de sus carnes o de los productos derivados que de ellos se extraen. Sin embargo, entre estos tradicionales animales que el ojo humano está tan acostumbrado a ver ha nacido una nueva categoría única, tal y como su pastor indica: las cabras con cuatro cuernos.

El fenómeno comenzó hace ya más de 50 años en el pequeño municipio de Villavieja de Yeltes, un pueblo a casi 90 kilómetros de Salamanca en el que nació una cabra con cuatro cuernos. Lejos de asustarse por tal deformidad en aquellos tiempos, el dueño asistió atónito al acontecimiento y decidió perpetuar la especie. «Mi padre se dedicaba a criar cabras y de repente, en una ocasión, le nació un macho con cuatro astas. El hombre se sorprendió mucho pero decidió que lo utilizaría de semental para lograr un rebaño único», apunta José Manuel Martín, el nuevo dueño de la manada.

Y dicho y hecho, desde entonces y hasta la fecha, José Manuel Martín ha conseguido tener alrededor de 90 cabras con tal inusual característica de la que se siente orgulloso y enseña a todo aquel que esté interesado, tanto turistas como medios de comunicación o posibles compradores. «Por aquí pasa mucha gente de propio intento a conocer a las cabras, hasta Bertín Osborne se dejó caer hace ya algunos años por el pueblo a verlas». No obstante, no a todos en la familia les gusta la expectación que despiertan y su mujer tiene recelos de tal exposición. «La verdad es que mi mujer no quiere ni verlas, está un poco cansada del revuelo y el trabajo que dan», apostilla.

Según José Manuel el beneficio es poco para el trabajo que cuesta mantenerlas y por eso se trata más bien de un hobby que de una profesión. «En realidad yo me he dedicado toda mi vida al oficio de la leña, soy leñador y lo de las cabras siempre ha sido un entretenimiento ya que de ellas sería imposible vivir», confiesa. Sin embargo, se trata de un hobby al que se dedican muchas horas. «Hay que ordeñarlas todos los días y suelo sacar unos 20 litros que consumimos en casa o damos a algún vecino», informa José Manuel. Y es que la leche de las cabras que tienen cuatro cuernos sabe exactamente igual que la de las que sólo tienen dos.

Los animales campan a sus anchas por las 25 hectáreas que su dueño le tiene dispuestas con la única compañía de un mastín y se acercan curiosas a saludar a todo aquel que se aproxima. «Son mansas, nunca han atacado a nadie», apunta José Manuel y puede que por eso en una ocasión, hace ya algún tiempo, le robaran en la seguridad que otorga la oscuridad de la noche dos chivas pequeñas. «Gracias a Dios se trata de un episodio aislado».

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