El 75% de los empleados de Lauki en Valladolid opta por la recolocación
Un 13% se decanta por la prejubilación y el resto prefiere la extinción del contrato con indemnización.
Los trabajadores de Lauki durante una de las manifestaciones. NACHO GALLEGO
efe | valladolid
Tres de cada cuatro empleados de Lauki en Valladolid han optado por solicitar la recolocación en otras empresas, sean del grupo Lactalis o no, mientras que el 13 por ciento prefieren la prejubilación por razones de edad y otro 13 por ciento se decantan por la extinción del contrato con indemnización.
En concreto 62 trabajadores han comunicado a la empresa y a la representación sindical su preferencia por la recolocación, el 73,8 por ciento, según explicó ayer en una rueda de prensa el secretario general de la Sección Sindical Estatal de UGT en Lactalis y empleado de Lauki, Juan Carlos Serrano.
Con el acuerdo alcanzado con Lactalis, hay margen hasta septiembre para buscar un comprador para la factoría y hacerse cargo de los trabajadores, mientras que se ha dejado pactado el ERE como alternativa si finalmente se produce el cierre de las instalaciones.
A pesar de estas solicitudes, los representantes de la UGT en esta compañía han defendido la viabilidad de la factoría, que en estos días vive un repunte coyuntural de su producción por el aumento de demanda, hasta el punto de que han expresado su deseo de que Lactalis pueda replantearse el cierre.
Sin embargo, el responsable estatal del Sector de Alimentación, Bebidas y Tabaco de UGT, Sebastián Serena, se ha mostrado menos optimista sobre la posibilidad de que Lactalis dé marcha atrás e incluso sobre la posibilidad de que se llegue a un acuerdo sobre la venta de las instalaciones, dadas las condiciones impuestas por la multinacional, fundamentalmente que no venderá a una empresa de la competencia.
Serrano ha detallado que Lactalis ha comenzado los trámites para poner en venta las instalaciones, con la elaboración de un inventario y tasación de la fábrica, si bien ha añadido que no pueden desvelar el precio fijado por razones de confidencialidad.
No obstante, el miembro del comité de empresa de Lauki Adolfo Tejedor consideró que el precio «es asequible», aunque posteriormente los representantes de la UGT han dicho que la cantidad fijada carece de significación hasta que se concrete qué elementos de la factoría se venden y cuáles no, ya que si se trata de una empresa ajena al sector lácteo difícilmente asuma el coste de la maquinaria.