De la mano en la vida y estudios

EFE | ávila

Pedro y Jesús García Antón se convertirán en octubre en los licenciados con más edad de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) cuando recojan el título de Geografía e Historia a sus 81 y 72 años, respectivamente, después de una década de estudio en esa especialidad.

Naturales ambos de la localidad segoviana de Zarzuela del Monte, se embarcaron en 2005 en una aventura que acaban de concluir de la mano, como lo han hecho durante toda su vida.

«Con tal de estar juntos... porque además de hermanos somos los mejores amigos del mundo», ha explicado hoy a Efe el menor, que no para de subrayar las virtudes de Pedro, a quien define como «valiente, constante, enérgico, nada pusilánime y con gran memoria».

De esta manera ha destacado el esfuerzo realizado durante toda su vida, pero también para conseguir una licenciatura sin haber podido estudiar de pequeño porque las circunstancias le obligaron a trabajar sin parar.

Consciente de que uno de sus principales deseos consistía en formarse y aprender, Jesús le lanzó un desafío a su hermano cuando se jubiló: emprender los dos juntos un camino que acaba de concluir con un título de la mano, tras acceder a los estudios superiores una vez realizado el curso de acceso para mayores de veinticinco años.

«No tuve tiempo más que para trabajar. Mis padres me quitaban los libros porque había que trabajar», recuerda Pedro, quien a sus 81 años recogió el guante que le lanzó Jesús, aunque sin que eso significara renunciar a sus hobbies.

De hecho, cada día realiza unos ochenta kilómetros en bicicleta, nada, cuida un huerto en Ávila de cerca de 2.000 metros cuadrados, caza y en sus ratos libres se toma unas cañas con los amigos.

Y todo ello, porque tenía y tiene las cosas bien claras: «lo que no voy a hacer con mi edad es estudiar como un muchacho de veinte años».

Su hermano le da la razón, de ahí que el ritmo para conseguir la licenciatura haya sido el suficiente como para sacarla adelante en diez años, sin tener que renunciar a ciertos privilegios y dedicando al estudio una media de dos o tres horas diarias.

Además, ambos se reunían una vez por semana en Zarzuela del Monte, donde vive Jesús, para poner en común lo aprendido, aunque también lo hacían en Ávila, donde reside Pedro, que durante varias décadas fue propietario del céntrico restaurante «El Torreón».

A este establecimiento hostelero llegó procedente de Bélgica, donde emigró a los veintiséis años de edad en busca de una oportunidad en la ciudad de Tournai, donde permaneció seis años.

Su retorno llegó de la mano de la empresa de viajes en la que trabajaba Jesús en Madrid, tal y como relata el mayor, quien destaca la formación que su hermano pequeño sí pudo tener.

El propio Jesús reconoce que su minusvalía como consecuencia de una espina bífida le impidió trabajar en el campo, de ahí que tuviera la oportunidad de cursar Bachillerato, así como unos cursos de contabilidad que le abrieron camino en la capital de España, donde llegó a empezar la carrera de Ciencias Económicas.

«Él -Pedro- tenía más afición y voluntad que yo, pero no se podía estudiar en aquel tiempo por las circunstancias», argumenta.