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Las gasolineras desatendidas tachan de ‘torticeras’ las trabas a su actividad

El presidente de la asociación de estaciones considera que lastran su potencial desarrollo .

La asociación nacional de estaciones de servicio se queja de las trabas para ampliar el servicio. RAMIRO

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León

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D.P.F. | MADRID

El presidente de la Asociación Nacional de Estaciones de Servicio Automáticas (Aesae), Manuel Jiménez, calificó como «torticeras» las normativas autonómicas que impiden el desarrollo de las gasolineras desatendidas y confía que con el apoyo de Competencia puedan extender más su actividad.

En el caso de Castilla y León sigue su tramitación, tras pasar por la toma en consideración, la proposición de ley promovida por el PP para limitar la proliferación de las denominadas «gasolineras fantasma» y obligar a estos establecimientos a tener al menos a un empleado para atender al público. Jiménez se muestra satisfecho con la postura de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) en favor de las gasolineras automáticas desatendidas, al entender que aseguran una mayor competencia y unos mejores precios que «benefician» al consumidor final.

En concreto, la CNMC señala en un informe reciente que estas estaciones de servicio se enfrentan en España a diversas normativas autonómicas que, «de forma innecesaria o desproporcionada, cercenan la libertad de empresa y la libre elección de los consumidores, dañando el interés general».

«Las normativas regionales y la patronal de las gasolineras tradicionales están generando un problema donde no lo hay», señala Jiménez, quien ha explicado las causas del porqué, a su juicio, se imponen estas barreras a la competencia.

«La desatención a personas con discapacidad, los problemas de seguridad y la destrucción de empleo son excusas de mal pagador», afirma Jiménez en defensa de las estaciones de servicio automáticas y sin personal agrupadas en Aesae y que representan a más del 50 % del sector; en España hay alrededor de 300 gasolineras de este tipo.

Para Aesae, la exigencia de tener al menos un trabajador en las gasolineras «no se impone por cuestiones de seguridad», sino que se trata de una «barrera económica indirecta, defendida con la excusa hipócrita del empleo».

El sector reconoce que es evidente la menor creación de empleo, pero se felicita por crear puestos de mayor valor añadido en sus sedes centrales de control, desde donde vigilan el correcto funcionamiento de las gasolineras.

La evolución hacia la automatización es algo «natural», reflexiona Jiménez y pone de ejemplo el caso de los cajeros automáticos de los bancos o el de las propias estaciones de servicio, que «antes contaban con varios gasolineros y ahora tienen apenas dos trabajadores, para cobrar fundamentalmente».

La patronal entiende que todas estas trabas son «torticeras», cuya finalidad es cortar las alas a un sector en pleno auge en España y consolidado desde hace años en Europa