La renuncia de Soria despereza al hemiciclo
L a renuncia del ex ministro José Manuel Soria a la prebenda proporcionada por el gobierno de Mariano Rajoy sacudió de la modorra a sus señorías los procuradores de las Cortes de Castilla y León, que en la tarde de ayer celebraban el primer pleno del nuevo periodo de sesiones.
Aunque ninguna de las preguntas de la oposición guardaba relación con el caso, no fueron ni uno ni dos, sino tres, los procuradores socialistas que aprovechando que el Pisuerga pasa cerca del hemiciclo aludieron, viniera o no a cuento, a la escandalosa sinecura del antiguo titular del ministerio de Industria y máximo ejecutor, que no único, de la liquidación de la minería del carbón.
Primero el vallisoletano Javier Izquierdo, después el salmantino Fernando de Pablos y finalmente el leonés Tino Rodríguez aludieron a Soria, conscientes del sarpullido que su salida hacia el Banco Mundial había causado en la Junta, que, por boca de su vicepresidenta y portavoz, Rosa Valdeón, no ocultó la indignación que le había producido el episodio.
Probablemente había previstas mas alusiones al caso, pero no hubo lugar a ellas, ya que inmediatamente saltó la noticia de la renuncia del ex ministro, poniendo fin a un culebrón que estaba dejando por los suelos la credibilidad del PP en materia de «regeneración democrática».
La sesión se había iniciado con las habituales preguntas al presidente de la Junta, todas las cuales, cuatro, discurrieron en un tono de inusitado guante blanco. El socialista Tudanca, que el día anterior había descalificado la gestión global del actual gobierno Herrera, se limitó a cuestionar el contenido real del Plan de Inversiones Sociales Prioritarias, en tanto que el portavoz de Podemos, Pablo Fernández, esgrimió los datos sobre el comercio minorista para sostener que «la recuperación económica solo ha llegado a los que nunca la han necesitado».
El procurador de IU, José Sarrión, puso de relieve la insuficiencia de las ayudas de la Junta a los libro de texto, mientras el portavoz de Ciudadanos, Luis Fuentes, erró el tiro al preguntar al presidente de la Junta sobre una cuestión —la puesta en marcha de de una comisión parlamentaria— de estricta competencia de las Cortes. Pese a su resbalón, Fuentes tuvo la jactancia de espetar a Juan Vicente Herrera que «usted solo se mueve cuando yo le empujo», lo cual provocó el regodeo general del adormecido hemiciclo.
El leonesista Mariano Santos eligió el trato dispensado por la Junta al leonés para denunciar una vez más la discriminación que a juicio de la UPL sufren León y su Antiguo Reino desde que se constituyó la actual comunidad autónoma. El consejero de Educación, Fernando Rey, esgrimió su procedencia leonesa para negar la discriminación lingüística denunciada por Santos respecto al gallego, afirmando que no son casos equiparables, por la sencilla razón, dijo, que la enseñanza del «lionés» carece de demanda social.