Los 16 puntos de encuentro atendieron a más 1.800 familias
Buscan que el menor esté en contacto con sus padres en divorcios o casos de violencia de género.
Ana Carrascosa, Alicia García y la presidenta de Fefepe y Aprome, María Luisa Sacristán. N. GALLEGO
efe | valladolid
Los dieciséis puntos de encuentro familiar que hay en Castilla y León realizaron casi 113.000 intervenciones en 2016, con más de 1.800 familias y casi 2.600 menores, para favorecer que el menor mantenga la relación con sus padres tras procesos de separación o en casos de violencia machista.
De hecho, según detalló ayer la consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades, Alicia García, en la presentación de una Guía de buenas prácticas de los puntos de encuentro familiar con los juzgados de Castilla y León , en 1.300 de los casos las familias han sido derivadas a este recurso por los juzgados.
En 770 casos por los juzgados de Familia y en 560 por los de Violencia de Género, mientras que el resto, hasta esas 1.800, por casos derivados de protección de la infancia, explicó la consejera de Familia.
La llegada a uno de esos 16 puntos de encuentro que hay en la Comunidad, de los más de cien que hay en España, en los que trabajan ochenta profesionales y que gestiona la Asociación para la Protección del Menor (Aprome), se produce generalmente por derivación judicial cuando hay situaciones de alta conflictividad familiar, incumplimiento del régimen de visitas, posibles situaciones de riesgo o por actuaciones de protección a la infancia.
Coordinación fluida
Por ello es precisa una coordinación fluida entre el punto de encuentro y los juzgados de familia, los de violencia, fiscalía, la sala de familia de la Audiencia y equipos psicosociales tanto en el momento de la derivación judicial como a lo largo de toda la intervención.
Se trata de una guía «imprescindible», sostuvo en la rueda de prensa en la que se dio a conocer este recurso la magistrada y jefa de la sección de estudios-medicación del Consejo General del Poder Judicial, Ana Carrascosa. La magistrada, que tuvo mucho que ver con la novedosa puesta en marcha del primer punto de encuentro familiar de España en Valladolid en 1994, por lo que tanto la provincia como la Comunidad «merecen una medalla», ha sostenido que este recurso supone «una gran democratización de la justicia», ya que da entrada a los profesionales de los puntos de encuentro. La presidenta de Aprome en la Comunidad y presidenta nacional de la Federación de Puntos de Encuentro, Marisa Sacristán, recordó los orígenes de esta prestación y ha valorado que a diferencia de otras autonomías en Castilla y León no hay «lista de espera».
Desde el inicio de la puesta en marcha de este servicio en 1994 y hasta abril de 2017 se ha atendido a más de 20.400 familias en la Comunidad y a casi 29.000 menores.