Diario de León

El conductor del autocar no recuerda haberse dormido

El siniestro costó la vida a nueve personas en julio de 2013.

El Juzgado de lo penal número 1 de Ávila, en la primera sesión del juicio contra Ramón G.S. SANCHIDRIÁN

El Juzgado de lo penal número 1 de Ávila, en la primera sesión del juicio contra Ramón G.S. SANCHIDRIÁN

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Efe | Ávila

El conductor del autocar accidentado el 8 de julio en 2013 en Tornadizos (Ávila), Ramón G.S., aseguró ayer que no tiene «conciencia» de haberse quedado dormido al volante cuando se produjo el siniestro que costó la vida a nueve personas.

En la primera sesión del juicio por este accidente, en el que también resultaron heridas 22 personas, el conductor refirió que lo que recuerda es que después del siniestro lamentó que él quedara vivo y que reaccionó lo más rápido que pudo. Emocionado y entre sollozos, el conductor declaró en la vista oral que recordaba que el día del siniestro, el 8 de julio de 2013, estaba «fresco» y «normal» hasta que ocurrió el siniestro a las 8.35 horas a la altura del kilómetro 123,000 de la N-403 (Ávila-toledo).

El fiscal pide para Ramón G.S cuatro años de prisión y cinco de privación del carné de conducir como supuesto autor de nueve delitos de homicidio por imprudencia grave y otros trece de lesiones. «No tengo conciencia de haberme quedado dormido», relató el conductor a preguntas del ministerio público, aunque después del accidente y ante la Guardia Civil declaró lo contrario, si bien horas después ante el juez no reconoció esa circunstancia.

Por ello, el abogado de la defensa se refirió a la invalidez de esa declaración sin la presencia de un abogado y que, tal y como afirmó Ramón G.S., además firmó sin haber leído. Durante el interrogatorio, el conductor se emocionó al recordar los instantes posteriores al siniestro y rememoró que en aquel momento se dijo: «Me quiero morir. ¿Por qué me que quedado?». En este sentido, aclaró que con la última frase hacía referencia a por qué había quedado con vida tras comprobar que varios de los pasajeros, a los que ayudó, habían fallecido.

Descanso

El fiscal, que sostiene en su escrito de acusación que no respetó las nueve horas de descanso reglamentario desde que finalizó el día anterior un servicio, le preguntó por su estado cuando se puso al volante a las 7.15 de la mañana. «No noté nada de estar cansado. Estaba fresco», relató el conductor, que añadió que durante el trayecto entre la localidad de Serranillos y Ávila «todo fue normal, hasta el golpe».

En ese momento, sobre las 8.35 de la mañana, escuchó «un golpe en la parte mediana trasera» del autocar y después dio contra el talud, lo que provocó que en el interior del habitáculo los pasajeros «empezaran a gritar», recordó ayer en el juicio. «Caían bolsos, hierros y cristales por todas partes. Hice lo que pude y lo más rápido posible. No lo sé, no lo sé»», relató.

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