Secuelas de un aciago verano
D esde el debate sobre el Estado de la Comunidad, allá a finales de junio, Juan Vicente Herrera y los portavoces de la oposición no habían tenido ocasión de confrontar posiciones en el hemiciclo parlamentario. Más de dos meses de paréntesis en los que Castilla y León no han salido muy bien libradas, sufriendo, entre otros contratiempos, el cierre definitivo de la central nuclear de Garoña, los estragos causados por una sequía que sigue sin tener fin y la lacra de unos incendios forestales especialmente virulentos durante el mes de agosto.
La oposición tenía materia para elegir y el socialista Luis Tudanca optó por apoyar ante el presidente de la Junta las ayudas directas que reclaman agricultores y ganaderos para resarcirse de los graves perjuicios ocasionados por la sequía. «Mientras todo se estropea, usted sigue impasible», le espetó Tudanca a Herrera, reprochándole que el PP a la propuesta socialista de habilitar un fondo de 50 millones de euros para ayudas directas.
El presidente de la Junta defendió la eficacia y la buena acogida de las medidas en coordinación con el ministerio de Agricultura, y argumentó que con esos 50 millones solo había sido posible atender al 5% de los agricultores «Es muy bonito venir a dar lecciones, pero qué hubiera pasado con el 95% restante», se preguntó.
El portavoz de Podemos, Pablo Fernández, preguntó directamente al presidente de la Junta si piensa agotar su mandato, obteniendo la previsible respuesta afirmativa. La pregunta se justificó en el estado de indolencia y apatía que Fernández observa en Herrera, a quien tildó de «pato cojo», tal como se califica en Estados Unidos al presidente que afronta su último mandato. «Ha abandonado usted el pincel fino para abonarse a la brocha gorda», le contestó el presidente, que obviamente rechazó cualquier acusación de pasividad frente a los problemas de gobierno.
Tras relativizar el mal dato sobre las exportaciones durante el primer semestre del año, asunto suscitado por el portavoz de Ciudadanos, Herrera defendió ante el leonesista Luis Mariano Santos la labor de la Junta frente a los 2.200 incendios forestales contabilizados en lo que va de año. Santos considera «deficiente» la política de prevención y echa en falta un mensaje de mayor firmeza frente a lo que califica de «terrorismo ecológico», lamentando que el Oeste de la comunidad, y especialmente la provincia de León, acaparen la mayor parte de la superficie quemada. Y pese a defender la política global de la Junta en materia forestal, Herrera admitió que «todo es mejorable».
En el turno de preguntas, Podemos se interesó por las gestiones de la Junta ante la delicada situación de las empresas mineras Astur-Leonesa y HBG, cuya actividad se irá al garete si las térmicas no contratan su producción. «Estamos haciendo lo que podemos, pero no tenemos ninguna influencia sobre Endesa, reconoció la consejera Del Olmo, que incluyó en la misma situación a Unimsa.
Por su parte, el consejero de Sanidad, Antonio Sáez, discrepó con la procuradora Laura González sobre la situación del hospital comarcal del Bierzo. Frente a la afirmación de la primera de que la consejería tan solo ha invertido «migajas», Sáez aseguró que se están cumpliendo los compromisos contraídos, entre ellos la próxima puesta en marcha de dos nuevos quirófanos.