La minería arma arrojadiza
E l anunciado cierre de la central térmica de Velilla del Río Carrión ha reavivado el protagonismo de la minería de carbón como elemento de discordia y arma arrojadiza en el debate político de Castilla y León. Hasta tres proposiciones parlamentarias, tres, presentadas por PP, PSOE y Podemos, debatirá hoy el pleno de las Cortes en torno al menguante sector minero. Una controversia que tuvo su anticipo en la sesión de control al Ejecutivo celebrada en la tarde de ayer, durante la que la Junta y la oposición intercambiaron encendidos dardos no sólo sobre el conflicto del carbón sino también sobre la polémica mina de uranio promovida por una multinacional australiana en tierras salmantinas.
El portavoz de Podemos, Pablo Fernández, que acusó al gobierno autonómico de «poner alfombra» a un proyecto, el de dicha multinacional, «abyecto, abominable y miserable», asemejó al llanto de Boabdil el Chico las palabras de Juan Vicente Herrera sobre la «falta de corazón» mostrada por Iberdrola al anunciar el cierre de la térmica palentina.
Y el presidente de la Junta, luego de aludir a Venezuela, recordó que fue Podemos el promotor de la moción aprobada por el Congreso de los Diputados que compromete la viabilidad de la quema de carbón. «Hagáselo mirar», aconsejó Herrera a Fernández.
El siguiente encontronazo se produjo a raíz de una pregunta del grupo socialista interesándose por las actuaciones emprendidas por la Junta para evitar un cierre que, en palabras de la procuradora Chelo Pablos, supondría «la puntilla» para la cuenca minera de Guardo-Velilla.
«¡Qué poca vergüenza que me venga usted hoy aquí con esto!», exclamó la consejera de Economía, Pilar del Olmo, reprochando al PSOE su apoyo a la referida moción, aprobada el pasado 24 de octubre en la Cámara Baja.
Menos expeditiva estuvo Del Olmo en su contestación al procurador de Podemos Ricardo López, quién, a propósito del crédito de 12 millones de euros a reclamar por la Junta en el procedimiento concursal de Coto Minero Cantábrico, cargó las tintas contra la gestión de las ayudas mineras del PP y en especial sobre los reiterados incumplimientos de las empresas de Victorino Alonso. La respuesta de la consejera resultó ciertamente tibia.
Por lo demás, no hubo cuerpo a cuerpo entre el portavoz socialista, Luis Tudanca, y el presidente de la Junta, ya que ambos tuvieron exquisito cuidado de no polemizar en torno a un asunto tan sensible como el de la lucha contra la violencia de género. Aún así, Tudanca dejó caer los recortes presupuestarios aplicados en esta materia por el gobierno Herrera durante los años de crisis.
Por su parte, el leonesista Santos Reyero quiso dejar muy claro su escepticismo sobre el cumplimiento del pacto de comunidad suscrito el pasado marzo para la reindustrialización de Castilla y León. Santos ha escudriñado el Proyecto de Presupuestos para 2018 y no ha encontrado las inversiones necesarias para revertir el declive industrial de provincias como las de León y Zamora, echando en falta por ejemplo el impulso del Parque Tecnológico leonés.
Herrera le tranquilizó con el argumento de que no todas las inversiones están territorializadas, asegurando que dicho Parque dispondrá de los recursos necesarios. Comprobarlo será mera cuestión de tiempo.