El escaso dinamismo de Castilla y León sólo impulsa su demanda eléctrica un 0,5%

ical | valladolid

El consumo de electricidad es uno de los indicadores que refleja las pautas de evolución económica en un territorio y constata que Castilla y León evolucionó de forma positiva en 2017 pero tuvo un peor comportamiento que el conjunto de las autonomías. En concreto, la demanda de energía eléctrica en la Comunidad alcanzó en 2017 los 14.100 gigavatios hora (5,8 megavatios hora per cápita), lo que supone un aumento del 0,5 por ciento respecto al año anterior, cuando en el conjunto nacional se elevó un 1,1 por ciento, hasta los 265.127, según los datos facilitados por el nuevo delegado territorial en la Comunidad de Red Eléctrica de España (REE), Roberto Arranz Cuesta.

El año pasado, según constató el alto ejecutivo de la compañía encargada de la red de distribución y transporte, estuvo marcado por la sequía en materia energética en la Comunidad, ya que la generación total se contrajo un 20,7 por ciento, hasta los 25.360 gigavatios hora, lastrada por un desplome de la hidráulica, que se desplomó un 64,2 por ciento, hasta los 4.138 gigavatios hora.

La caída de la producción en el sistema obligó a tirar de las plantas de cogeneración, que fueron las que más crecieron, con una producción de 2.333 gigavatios hora, y un aumento del 25,6 por ciento. La eólica, por su parte, se mantuvo prácticamente estable con una generación de 10.989 gigavatios hora, que reflejan un leve incremento respecto al año anterior del 0,4 por ciento. El carbón para las térmicas, ahora en peligro, fue la tercera fuente en importancia, con 6.410 gigavatios hora producidos, aunque mermó un 2,2 por ciento respecto a 2016. La solar fotovoltaica aportó al sistema 895 gigavatios hora, con un crecimiento también del 8,2 por ciento.

Estructura productiva

Lo que si varió sustancialmente fue el peso de las diferentes fuentes de generación respecto al total, donde la hidráulica supuso en 2017, el 16 por ciento del global generado, cuando un año antes asumió el 36,2 por ciento.

Asimismo y siempre según los datos aportados por REE, la eólica pasó a representar el 44 por ciento el año pasado, la de mayor peso, frente al 36,1 por ciento del año anterior. El carbón, por su parte, creció hasta suponer el 25 por ciento del total generado en la Comunidad, cinco puntos más que en el ejercicio 2016. Por su parte, la cogeneración asumió finalmente el nueve por ciento de la producción de energía eléctrica de Castilla y León, cuando un año antes había representado sólo un 5,8 por ciento. Por último, la solar fotovoltaica pasó de un peso del 2,5 por ciento del total en el año 2016, al cuatro por ciento del ejercicio pasado.

Los datos aportados por REE a Ical revelan que Castilla y León demandó el 5,3 por ciento de la energía eléctrica producida en España durante el año pasado y produjo el 9,7 por ciento del total nacional. En este sentido, las mismas fuentes constataron que la Comunidad, generó el 179,9 por ciento de lo que demandó. El saldó neto de los intercambios sin embargo se redujo bastante por la caída productiva y pasó, en datos absolutos, de un superávit que salió de la Comunidad de 17.049 gigavatios hora en 2016, a los 10.512 de 2017, es decir, un 38,3 por ciento menos.

El informe proporcionado por REE refleja que Castilla y León fue la autonomía responsable de la generación del 22,9 por ciento de la energía eólica que se generó en España; y del 22,5 por ciento de la hidráulica. Asimismo, cabe destacar que la potencia instalada en la Comunidad representaba al cierre del pasado ejercicio el 13,1 por ciento del total nacional, liderando la eólica, con el 24,7 por ciento, y con el 21,6 por ciento de la hidráulica.

El director general de Operación, Miguel Duvison, explicó que para evitar perturbaciones graves del sistema por desequilibrios es preciso mantener una reserva de generadores controlados.