El objetivo: mejorar la autonomía económica y personal a través de empresas de inserción
Desde el traspaso de las competencias de los CEE por parte del Gobierno Central, en 1995, se ha realizado un importante esfuerzo de apoyo desde la Junta de Castilla y León para permitir que las personas con discapacidad accedan al empleo y obtengan un alto nivel de autonomía económica y personal. En 1995 existían en Castilla y León 47 centros que empleaban a 770 personas, mientras que en la actualidad hay 215 centros, casi cinco veces más entidades que han septuplicado el número de trabajadores con discapacidad hasta alcanzar 5.462 empleados a 31 de diciembre de 2017, un 9 por ciento más de lo establecido como objetivo de la legislatura
Las empresas de inserción son un elemento indispensable dentro del sector de la Economía Social, ya que tienen como objetivo la dignificación de las personas con mayores problemas de integración socio laboral. Previenen, por tanto, las situaciones de exclusión social y tienen un importante papel en la rehabilitación e inserción de aquellos ciudadanos que han abandonado unos mínimos hábitos laborales y sociales.
Las empresas de inserción son calificadas e inscritas en el correspondiente registro cuando al menos el 30 por ciento de sus trabajadores son personas en riesgo de exclusión durante los dos primeros años y han de llegar a un mínimo del 50 por ciento de trabajadores en riesgo de exclusión a partir del tercer año desde la calificación de la entidad como empresa de inserción.
Castilla y León cuenta con 12 empresas de inserción que dan empleo a 216 trabajadores, de los cuales 136 están en serio riesgo o en situación de exclusión social y 80 son trabajadores no incluidos en procesos de inserción. La Consejería de Empleo destinará más de medio millón de euros en 2018 para impulsar el desarrollo de las empresas de inserción.