Diario de León

CRISTINA DANÉS Presidenta de la Confederación Hidrográfica del Duero

El registro tiene que informar si la vivienda está en zona inundable

Cristina Danés, presidenta del la CHD. DOS SANTOS

Cristina Danés, presidenta del la CHD. DOS SANTOS

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JUAN LÓPEZ | VALLADOLID

«Es como una hipoteca. El que compra una casa tiene derecho a saber si está en un área inundable. Vamos a trabajar en esa línea». Cuatro meses en el cargo han permitido avanzar a la presidenta de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), Cristina Danés, en un asunto tan polémico como las zonas con riesgo de inundación, después de episodios que, incluso, se han llevado vidas por este motivo en España. Recién llegada al cargo, esta licenciada en Ciencias Químicas, vinculada al mundo del agua durante toda su carrera, abre las puertas de su despacho. Se toma una infusión y ofrece unos bombones y pasa revista de la situación de la cuenca y sus proyectos. Avanza un III Plan de Riberas y que el siguiente Plan Hidrológico hará hincapié en el cambio climático, pero todo ello sujeto a un estudio de viabilidad.

—Lleva cuatro meses al frente de la CHD, ¿en qué situación se encuentra la cuenca del Duero?

—Estamos en una situación muy buena en relación a años anteriores, con los embalses a más del 56 por ciento de volumen embalsado. La diferencia es brutal respecto a noviembre de 2017, con casi 40 puntos más y 16 por encima de la media de los diez últimos años. El otoño está siendo lluvioso y vaticino que la situación mejorará todavía.

—Hace ahora un año, la principal preocupación que había era la sequía. ¿Cuál es principal reto que tiene por delante ahora la cuenca del Duero?

—La cuenca tiene que gestionar el recurso con una óptica diferente, independientemente de que la situación es buena. Hay que afrontar la evidencia del cambio climático y prepararnos para un futuro palpable de menos precipitaciones, menos caudal en los ríos y menos infiltraciones en los acuíferos. En momentos de bonanza como el actual es cuando hay que acometer esta visión.

—¿De qué manera se puede afrontar desde un lugar ‘pequeño’ como Castilla y León el cambio climático?

—Con ahorro, eficiencia en la utilización del agua y otro tipo de medidas de gestión no estructurales, en beneficio de los cambios del comportamiento de los usuarios. Los ciudadanos no debemos despilfarrar, sino concienciarnos de que este recurso puede tener un efecto negativo evidente, según los modelos científicos que se conocen. Todos llegan a la misma conclusión y se observan cada vez sequías más frecuentes y largas e inundaciones más agresivas. El ciudadano lo está detectando.

—Su trayectoria laboral siempre ha estado muy relacionada con organismos vinculados al agua. ¿Cuál pretende que sea su aportación?

—Cambiar los hábitos y mentalidad del usuario, desde el regante, al abastecimiento o al aprovechamiento eléctrico. Que se utilicen medidas para lograr objetivos medioambientales de nuestras masas de agua, que está en el Plan Hidrológico. El siguiente hará más hincapié al cambio climático. Medidas de eficacia y ahorro existen, tanto cualitativas como cuantitativas. También hay que reducir la contaminación, los vertidos industriales… Es mejor prevenir en origen y no utilizar el agua residual como si fuera un sumidero de contaminantes.

—En materia de infraestructuras, ¿en qué momento se encuentran los proyectos de presas en el río Órbigo y qué plazos manejan?

—Dependen precisamente del estudio de viabilidad. A partir de él unos se retomarán y otros no. Las presas del Órbigo en concreto tienen Declaración de Impacto Ambiental (DIA) favorable, pero otras no las tienen ni hechas, y la DIA manda. Tenemos a la espera de este informe las dos presas de La Cueza (Palencia) y Lastras de Cuéllar (Segovia). En La Cueza hay que hacer otro proyecto porque inicialmente se plantearon tres presas en lugar de dos, y además hay que entubar un canal. Tenemos que ver si ese procedimiento nos vale o se desecha para empezar de cero. En Lastras no tenemos ni el anteproyecto, pero su avance depende del estudio de viabilidad.

—Con los embalses al 56,1 por ciento, ¿se puede hablar de un año normal sin problemas de restricciones en ningún ámbito?

—Se puede hablar de un año bueno. No sólo tenemos garantizada la campaña de riego de la campaña próxima, sino que en algunos embalses es posible que hagamos una avenida artificial para limpieza de cauces, que nos lo pide el Plan Hidrológico y es muy bueno desde el punto de vista medioambiental. Si el tiempo sigue así lo podremos hacer en algunos puntos. Se soltará el volumen técnicamente aconsejable en un periodo corto.

—Con 26 zonas detectadas de riesgo significativo de inundación y 470 kilómetros en la cuenca, ¿qué planes se manejan para reducir estos peligros?

—Los propios embalses trabajan en los ríos regulados si hay inundaciones; es uno de sus objetivos. Pero en los no regulados hay que trabajar con las zonas inundables. Que los ayuntamientos piensen que el urbanismo hay que ordenarlo y darle una vuelta. La CHD no autorizará las nuevas construcciones. Empezamos el lunes en Zamora con jornadas técnicas para explicar el Plan de Gestión de Riesgo de Inundación. Desde Confederación, lo único que podemos hacer es no autorizar las nuevas construcciones en estas áreas. Lo ya levantado compete a los ayuntamientos. Nosotros mediante este Plan estudiaremos estas zonas, las delimitaremos y las comunicaremos a la autoridad que tiene que tomar la decisión.

—¿Y es suficiente?

—Claro, es que otro de los puntos que pretendemos llevar a cabo es que el Registro de la Propiedad informe sobre si la vivienda está en una zona de riesgo de inundación. Es decir, el que compra tiene que saber qué casa adquiere y donde se ubica. Es una carga de inundabilidad, como si tuviera una hipoteca. Que lo sepa. A día de hoy no es obligatorio y vamos a trabajar en esa línea que pilota la Dirección General del Agua.

—¿Han obviado los ayuntamientos los riesgos de zonas inundables?

—Es evidente que sí. Siempre justifican que nunca ha pasado nada o que sucedió hace muchos años y no va a volver a pasar. Pues no. Puede volver a ocurrir y con los estudios del cambio climático todo hace indicar que vamos a peor. Es uno de los aspectos que queremos divulgar, que en toda planificación urbanística hay que tener en cuenta este riesgo. Hasta ahora no se ha hecho. En las zonas peores se instalaban residencias de ancianos, polideportivos e infraestructuras de uso municipal.

—La mayor parte de la demanda de agua procede del sector agrícola. ¿Hay agua para todos?, ¿cómo compatibilizarlo?

—Hay que seguir modernizando y regando con fertirrigación para que el uso de fertilizante y plaguicidas sea menor y se ahorre en cantidad y en favor del medio ambiente. Es fundamental para evitar la contaminación por nitratos, un aspecto en que el sector en Castilla y León está sensibilizado porque además es más rentable.

—En su toma de posesión aludió a la necesidad del impulso de la depuración. ¿Cómo se concreta ese impulso?

—La depuración en la cuenca es positiva en poblaciones mayores de 2.000 habitantes equivalentes, con mucha obra declarada de interés general y se ejecutan por encargo del Gobierno, con un esfuerzo enorme de inversión. Entre otras cosas porque tenemos un expediente de infracción por el que cada seis meses pagamos 11 millones de euros. Conforme vayamos teniendo el tratamiento adecuado con menos contaminación, ésta va bajando. El esfuerzo había que hacerlo. En cuanto a los menores de 2.000 habitantes está pendiente ese trabajo, pero no hay que olvidar que la depuración es competencia municipal, local, de diputaciones, regional, y CHD ayuda lo que puede. Es mucho dinero para llegar a pueblos pequeños. No solo es construir, sino mantener y explotar. El objetivo es que el cauce al que vierten sea capaz de asimilar, con un tratamiento adecuado. Eso son costes y hay que pagarlo.

—Un proyecto conflictivo es el de las macrogranjas. ¿Cómo se afronta desde la CHD?

—Hay que cumplir lo que pide la legislación. Si hay agua y la piden, se estudia la cantidad y se les daría si es acorde con el Plan Hidrológico. Pero evidentemente el vertido debe ser en condiciones óptimas, porque en caso contrario no habrá autorización. Tengo que tener garantías de que no se contaminan cauces y acuíferos.

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