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La madre de Sara ocultó que vivía con el acusado

Los servicios sociales constatan que les dejó plantados un día antes de la paliza que recibió la pequeña y por la que murió.

El abogado de la acusada conversa con su cliente durante la cuarta sesión del juicio. NACHO GALLEGO

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León

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efe | valladolid

La psicóloga del Servicio de Protección a la Infancia de la Junta de Castilla y León que participó en la evaluación del caso de la niña Sara, antes de su muerte, ha asegurado que la madre de la pequeña ocultó que vivía con una pareja, el ahora acusado por el crimen de la niña, Roberto H.H.

La psicóloga ha declarado en el juicio que se sigue en la Audiencia de Valladolid por el crimen, violación y malos tatos que sufrió Sara, de 4 años, unos hechos por los que la Fiscalía demanda prisión permanente revisable para la madre de la pequeña, Davinia M.G. y su compañero sentimental, Roberto H.H. La experta ha relatado cómo el 25 de julio de 2017 —la niña falleció el 3 de agosto— llegó al equipo del servicio de Protección un informe derivado de la Fiscalía de Menores por correo ordinario que explicaba la situación de Sara y pedía que se investigara y se tomaran las medidas oportunas.

La comunicación de la Fiscalía se produjo después de que un pediatra y una forense del Hospital Campo Grande detectara el 11 e julio la posible existencia de malos tratos cometidos contra la niña. El equipo planteó una prioridad 2 en el caso, que supone un primer contacto en las primeras 48 horas y tomar medidas en los siete días siguientes, debido a que si hubiera sido para nivel 1 la comunicación hubiera llegado por fax u otro sistema más rápido que el correo.

Optaron también por la prioridad 2 por que la situación estaba orientada a violencia machista, supuestamente vinculada con el padre de Sara, que ya no residía en España, de forma que el riesgo había desaparecido. Tuvieron también en cuenta la colaboración que prestó en principio la madre y que la exploración de la niña en el hospital había conllevado su alta hospitalaria, de forma que si hubiera sido grave habría permanecido en el hospital.

Además, la exploración ginecológica practicada a Sara descartó en esos momentos —el 11 de julio— el abuso sexual, ha argumentado la psicóloga.

Citaron a Davinia M.G. para que acudiera a una primera cita con las niñas, que fueron correctamente aseadas y vestidas.

La psicóloga ha detallado que preguntaron directamente a la madre de la niña si vivía en su casa ella sola con las niñas y dijo que sí, sin mencionar que también residía en la casa una nueva pareja, el ahora procesado.

Posteriormente, al preguntar con quien dejaba a las niñas cuando iba a trabajar como cabo del Ejercito dijo en principio que las dejaba en una guardería. Fue el 2 de agosto, cuando la Junta iba a hacerse cargo de la tutela de la niña, quien ya estaba hospitalizada en la UCI, cuando se enteraron de la existencia del acusado.

Largas de la madre

Ha narrado además cómo la madre de Sara daba largas a su equipo para realizar las visitas correspondientes a su casa, ponía excusas para que no fueran y ha detallado que el timbre del portal y la casa de Davinia M.G. estaban desconectados las veces que fueron a la vivienda y no pudieron contactar con nadie. El 1 de agosto, cuando tenían concertada una cita con la madre de Sara, llamaron a la casa de Davinia con los nudillos, a Sara y a su hermana de 12 años a gritos, hablaron con los vecinos y no consiguieron establecer contacto. Ante la falta de colaboración de la madre optaron por tutelar a las niñas. Pero el 2 de agosto, cuando llamaron a Davinia M.G. para comunicarle que la Junta iba a tutelar a sus hijas, la acusada les manifestó que Sara estaba en parada cardiorrespiratoria en el Hospital Clínico de Valladolid.