FRANCISCO IGEA PRESIDENTE DE CS EN CASTILLA Y LEÓN
«La próxima semana presentaremos la reforma exprés y urgente para eliminar los aforamientos»
S. CALLEJA | VALLADOLID
El hombre díscolo de Cs con el paso de los días está más tranquilo y convencido de que ha acertado con su socio de gobierno, el PP, con quien se ha casado por conveniencia y todo pese a ser uno de los que abrió el debate en la Ejecutiva de su partido para estudiar la posibilidad de acuerdos con el PSOE. Lo dice tras ver una «estrategia de inmovilismo absoluto» en España y en Castilla y León, donde observa a un Partido Socialista «volver a ponerse en la tumbona, como lleva 37 años, esperando a ver si le cae el gobierno». En estas semanas para el pacto, en las que Franciso Igea Arisqueta (Valladolid, 1964) se ha sentido libre, porque «libre es quien toma decisiones y las asume».
—¿Cómo un partido liberal como el que se dicen ustedes puede pactar, siquiera por omisión, con Vox? ¿Es difícil de explicar?
—Lo que ha pasado en Castilla y León es muy curioso. No nos hemos sentado con Vox, ni hemos llegado a un acuerdo programático, que incluye la defensa de la ley LGTB, la muerte digna, entre otras muchas cosas, y Vox se ha abstenido, cuando en otras comunidades ha dicho que no. Es un poco una niñería. Ha colocado muy por encima la propaganda a lo que les interesa. No hay que llegar a acuerdos con Vox, lo creo yo y lo cree mi Ejecutiva, y Vox tendrá que asumir sus responsabilidades.
—¿Temen que esa estrategia les aleje un poco de ese PSOE más moderado?
—También es verdad -habiendo sido yo una de las personas que ha debatido sobre la estrategia-, que el Partido Socialista no ha hecho nada de nada. Después de la Ejecutiva, lo siguiente que vi en la televisión fue al señor Zaragoza diciendo que con Rivera no. Dos no bailan, si uno no quiere. Y la estrategia de inmovilismo absoluto y de que me caiga el gobierno pactando y manteniendo sus estrategias con quienes no deberían, no ayuda mucho. Y yo he sido una de las personas que ha debatido sobre este aspecto. Cada día que pasa, también aquí, estoy más conforme con la estrategia.
—Desde el 26M, ¿ha estado alguna vez tentado de seguir los pasos de Toni Roldán?
—¿Ganas de irte a casa? En este oficio, si te lo tomas en serio, todos los días. Lo que tienes que pensar es si tú puedes cambiar la sociedad desde donde estás o no; puedes aportar algo a la mejoría de los ciudadanos de Castilla y León, o no; es mejor que estés tú o que esté otro. De momento, creo que hay cosas que se pueden hacer; se puede cambiar la sociedad y mejorar la vida de los ciudadanos de Castilla y León. Por eso sigo en política. pero ganas de dejar la política, y dedicarme a la literatura, muchas.
—¿Qué ha sido lo más duro estas semanas?
—Lo personal. A mi la estrategia y el debate político, no me importa, es el oficio. Pero la descalificación personal sistemática, el insulto… acaba cansando; es duro.
—Está instalada la idea de que ha ido al acuerdo con el PP obligado por la dirección de su partido en Madrid y que se resistió, pero perdió el pulso. ¿Qué hay de cierto?
—Cs es un partido nacional que mantiene la misma estrategia y el mismo discurso en todos los territorios. Es una de las esencias del partido: la igualdad. Nadie es mejor que nadie, ni un territorio es mejor que otro. Sobre el acuerdo programático, en lo que corresponde a Castilla y León, no ha habido ninguna intervención, ninguna. Es nuestro programa. ¿Había una estrategia marcada a nivel nacional de socio preferente?, sí, ya lo dijimos, y esa estrategia se ha seguido. Aquí han venido tantas veces los miembros de los comités de pactos, como han ido a Murcia, a Madrid o a Asturias.
—¿Se sintió obligado, o Igea ha sido libre?
—Esto no es obligado. Tú estás en un partido, con un debate estratégico, lo llevas a la Ejecutiva, votas y lo pierdes. Entonces, cumples con lo que toca. Esto no debería de tener nada de extraordinario. Asumo las directrices de mi partido porque pienso que es esencial para el funcionamiento de este país; comparto su modelo de país y sus propuestas programáticas. Pero ya digo: a medida que pasan los días cada vez lo tengo más claro. Sí me he sentido libre, claro, porque libre es el señor que toma decisiones y las asume. Y eso es lo que he hecho, tomar mis decisiones y asumirlas.
—Desde el PSCyL se ha sugerido que tenían ya algo hablado y de ahí que se hayan sentido traicionados, ¿se ha faltado a la palabra dada?
—Hemos mantenido conversaciones discretas. El señor Tudanca sabía que yo me debía a las directrices de mi partido y cuál era la estrategia. Pero sí, claro, hemos mantenido conversaciones, cuyo contenido conoce el señor Tudanca, que es quien lo tiene que conocer. Yo no he faltado a mi palabra ni al PSOE, ni a los ciudadanos. Durante semanas y semanas de campaña, y después de la campaña se nos ha preguntado una y otra, y otra vez con quién pactaríamos. Le reto a alguien que diga que ese día dije que íbamos a pactar con los socialistas. Si alguien encuentra esta declaración… Yo he hecho lo que dije que iba a hacer.
—¿Si alguien hubiera alzado la voz, las cosas hubieran sido diferentes?
—Antes de campaña dijimos, yo y mi presidente, si alguien se levanta y se enfrenta a esta estrategia, nosotros le escucharemos. ¿Usted lo ha visto? No, pues yo tampoco.
—Centró su campaña en la necesidad de cambio. ¿Es complicado explicar que luego dé el apoyo a un partido que lleva 32 años gobernando en Castilla y León?
—Hemos dado soporte a un gobierno conjunto que tiene seis consejerías para el PP y cuatro para Ciudadanos; a un gobierno que tiene un programa que, prácticamente, es el nuestro; que propone medidas en sanidad que no se han propuesto nunca; en políticas sociales, educación, economía, en empleo; que toda la actividad de la Junta sea transparente; que los ciudadanos sepan dónde están sus papeles; cuánto se gastan en cada medio de comunicación de manera accesible; que propone un montón de políticas distintas. Eso es el cambio y eso es lo que dijimos desde el principio. El cambio era y es el cambio de políticas. Lo esencial es el cambio de las políticas públicas, su medición y su transparencia; es el cambio más radical. Y eso es lo que nosotros queremos traer. Por qué, porque eso es la libertad, que la gente vaya tan lejos como su mérito y capacidad, y no como su red clientelar, le lleve. Y eso es lo que vamos a hacer, si no hacemos eso, no habrá habido cambio.
—Pero la política, a veces, también es estética.
—Sí, tiene una parte de estética y de retórica, pero no es solo estética. Lo que yo estoy viendo estos días, a propósito de la estética, es algunas cosas que me sorprenden desagradablemente. Si esta es la manera que tiene el Partido Socialista de enfrentarse a la oposición del gobierno, no sé lo que harían estando en el gobierno. Si estos señores que insultan, ofenden...tuvieran poder... La estética tampoco es su fuerte.
—¿Se refiere a la actitud vista estos días por parte de algunos socialistas en la Cortes?
—La actitud de Luis Tudanca es razonable dentro de la situación. Me preocupa muchísimo más el entorno que es altamente sorprendente. Yo critiqué la profesionalización de la política, en su día. Pero hay personas que llevan desde los 22 años en política sin haber hecho otra cosa y se permiten el lujo de criticar a otras que llevan desde que tenían 30, pero que antes habían ejercido como abogado dos años. Lo del consejero de la marina lo puedo decir yo, pero no ellos.
—¿Esa actitud tan bronca puede condicionar la propia acción del gobierno?
—La bronca no nos va a alterar. Nosotros tenemos que ser capaces de separar la bronca de nuestra acción de gobierno. En el Parlamento tenemos que legislar y ofreceremos todas nuestras iniciativas al Partido Socialista. La semana que viene les vamos a llamar para empezar con la reforma del Estatuto, de los aforamientos. Una reforma exprés con las mismas propuestas que hizo el Partido Socialista la pasada legislatura, la eliminación de los aforamientos para miembros de la Junta y parlamentarios. Vamos a mantener la mano tendida siempre; Ahora, ¿vamos a estar acomplejados?, no.
—Pero el PSOE plantea una reforma en profundidad, con más materias ¿están dispuestos a abrir una reforma profunda o, de momento, se van a ceñir a los aforamientos?
—Vamos a hacer una propuesta de reforma exprés y urgente para acabar con los aforamientos, y luego abriremos la reforma hasta donde veamos que es posible, y hablaremos con el Partido Socialista y con el Partido Popular. Tenemos un compromiso programático con nuestros militantes, y otro compromiso programático con el PP, que coincide con lo dicho con el Partido Socialista. Si la posición del PSOE vuelve a ser ‘dame todo lo que yo quiero o no te doy nada’, semejante grado de infantilismo los ciudadanos se lo harán pagar.
—¿La reforma se abrirá a más campos?
—En el futuro, se abrirá a más campos. La política del todo o nada; la sociedad blanca o negra, es una política de populismo, del pasado y condenada al fracaso. La política es ir mejorando poco a poco las cosas que podemos mejorar. ¿Por qué no vamos a mejorar poco a poco? Si el PSOE se entrega a la estrategia de Podemos, el blanco y negro; el bien y el mal... Los más probable es que se le acabe viendo como un partido inútil, y si hay algo que castigan los ciudadanos son los partidos inútiles. En mi partido hemos tenido muchos debates, algunos de los que yo he perdido, pero una cosa está clara, que cuando un partido es útil te votan y si eres un partido inútil no te votan. Y eso le pasa a Podemos y parece, por las encuestas, que le está pasando a Vox.
—¿Esas serán sus primeras iniciativas?
—Vamos a empezar con la parte de regeneración a la mayor velocidad posible, porque es legislativo, y con normas que ya tenemos prácticamente desarrolladas, como fue la Ley de garantías al final de la vida que se propuso en el Congreso de los Diputados, que está redactada. Lo primero va a ser todo lo que atañe a los derechos, que sea fácil de resolver con una norma. Luego hay cosas que nos van a llevar más tiempo como temas estructurales y de evaluación.
—Habló de que lo suyo con el PP no es un matrimonio de por amor, sino por responsabilidad, ¿cuando hay grandes intereses se soportan mejor las parejas?
—A veces funcionan mejor, sí. Es evidente que nosotros no somos del Partido Popular y que tenemos y creemos en un modelo de sociedad y de país diferente. Hemos criticado mucho al PP, y también al Partido Socialista. La política es responsabilidad. Hace cuatro años, cuando estábamos apunto de ir a las terceras, no dije cosas muy diferentes de las que digo ahora sobre la responsabilidad de quienes bloquean la legislatura por sus filias o fobias. Y sigo pensando lo mismo. No puede ser que cada vez que uno se plantea un acuerdo de gobierno, la traición, la ofensa... Esto es un acuerdo, esto pasa todos los días en Europa y no pasa nada.
—Desde la Vicepresidencia que asume, ¿qué capacidad o qué mecanismos han pensado para poder hacer una coordinación efectiva del Gobierno en su conjunto?
—Hay un sistema de funcionamiento pactado para llevar las cosas a las reuniones, y un mecanismo también de control parlamentario. Y luego hay una parte que va a depender también de la Consejería de Transparencia y Gobierno Abierto, que va a tener el control de la actividad del resto. Además tenemos la portavocía, que te permite comunicar la acción de gobierno, y la política de comunicación, que para nosotros es importante. Hemos llegado a un buen acuerdo para ambos que va a funcionar, nuestros empeño es que funcione.
—En qué consiste exactamente ese mecanismo.
—Es una comisión paritaria con portavoces parlamentarios del partido, de modo que las cosas que vayan a la comisión de secretarios no van a pasar si no hay acuerdo. Va a ocurrir lo mismo con los asuntos parlamentarios y de gobierno, de otra manera. El mecanismo consiste en cierto grado de consenso y de unanimidad. Tiene que echar a andar; es la primera vez que esto se hace aquí en muchos años y tendremos nuestros más y nuestros menos.
—¿Qué tipo de portavoz del Gobierno será? ¿Podremos esperar de usted siempre la verdad aunque sea contraria a sus intereses?
—Tendré que comunicar y defender la acción del gobierno que es lo que hace un portavoz. Si hay algo que hemos sido durante toda la campaña es abiertos a la prensa, y vamos a seguir siendo así. Un gobierno tiene que ser transparente, abierto a la prensa y a todas las opciones posibles, por eso nos disgustó lo que ocurrió el otro día, durante la presentación del acuerdo para el gobierno.
—Comentaba que la nueva Consejería de Transparencia tendrá entre sus cometidos el control del resto. Cómo va a funcionar.
—Su principal misión, entre otras, es la lucha contra la corrupción; la agilización de los procesos, y la mejora de la administración para el ciudadano. Lo que queremos es que cada señor que meta un papel en la administración pidiendo una subvención o una ayuda sepa dónde está en cada momento. Eso es transversal para todo el gobierno, y nos va a permitir que la gente sepa que se le trata con igualdad, y conocer dónde están los cuellos de botella, para saber dónde actuar. Es el planteamiento de una administración más ágil e independiente. Se trata de medir y medir y transparentar los pasos. Otros son legislar para mejorar las condiciones de gobierno abierto y de lucha contra la corrupción.
—Uno de los planteamientos que se hace es la desaparición de lo que llaman Administración paralela. Pero ahí hay cosas muy dispares.
—Ese es el reto. No quiere decir ni que funcionen todas mal, ni que no sean públicas. Lo público es lo que se paga con impuestos, y nosotros lo que tenemos que hacer es evaluar qué parte de estas cosas funcionan como servicio público eficaz, y qué parte de esas cosas sirven para, eludiendo el derecho administrativo, contratar y privilegiar.