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Cacerías

La Junta se personará como acusación particular en el caso de la osa muerta en Palencia

Osa abatida en Palencia. GC

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Europa Press

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La Junta de Castilla y León se personará como acusación particular en las diligencias previas que se están instruyendo en Cervera de Pisuerga (Palencia) con objeto de esclarecer y depurar cualquier tipo de responsabilidades por la muerte de una hembra de oso pardo el pasado domingo al ser disparada en una cacería en la Reserva Regional de Caza de Fuentes Carrionas.

Tras este suceso, el ejemplar de oso pardo fue trasladado el mismo domingo, 29 de noviembre de 2020, al Centro de Recuperación de Animales Silvestres de Burgos, donde se ha practicado la correspondiente necropsia.

A pesar de este episodio, la Junta de Castilla y León ha puesto en valor, a través de un comunicado, el esfuerzo de todos los habitantes de zonas oseras en Castilla y León, cuya labor diaria en la compatibilización de la conservación del oso pardo con las actividades agrícolas, ganaderas, forestales y cinegéticas, junto con las nuevas actividades de turismo de naturaleza y ecoturismo en Castilla y León, "están permitiendo la recuperación de las poblaciones de oso pardo".

De esta manera la subpoblación oriental de oso pardo cantábrico ha evolucionado desde una osa reproductora al año en el 2000, a números de siete osas reproductoras al año en el último censo coordinado de osas con crías en la cordillera cantábrica (2018-2019).

Asimismo, se ha multiplicado por 7 el número de osas reproductoras en el núcleo oriental. La evolución del núcleo occidental ha sido de 9 osas reproductoras en el año 2000, a 31 osas reproductoras entre los años 2018-2019, y confirmándose el intercambio genético entre ambas subpoblaciones.

La Consejería de Fomento y Medio Ambiente se ha comprometido a revisar específicamente la regulación de las actividades cinegéticas en áreas oseras, con objeto de mejorar los protocolos de actuación y su compatibilización con la prioritaria conservación del oso pardo, en particular los relativos a cacerías colectivas de jabalí.

Una vez finalizada la necropsia el miércoles, y tal y como se recoge en el informe preliminar de la misma con fecha de 3 de diciembre, se puede afirmar que se trata de una hembra adulta, en buena condición corporal, con un peso de 90,7 kilos, y que presenta heridas producidas por la entrada de estructuras metálicas compatibles con munición disparada por un arma de fuego, ya que las heridas halladas en la piel presentan pelo de oso en su interior que habría entrado junto a los restos metálicos que se hallaron en el interior de la osa. No se ha hallado ningún orificio compatible con un agujero de salida. También se aprecia un canal en el estudio radiológico por la que el proyectil habría fracturado el canal medular y varias vertebras, causando la muerte del ejemplar.

Asimismo, durante su exploración externa se ha observado la presencia de leche en las mamas, lo que indica que habría estado acompañada al menos de un osezno, que aún se alimentaría de leche como complemento, dado que, desde los tres meses de edad, cuando dejan de ser lactantes estrictos, compatibilizan su alimentación con la leche materna, hasta el año de edad, cuando se destetan definitivamente.

La posibilidad de tratarse de una hembra lactante ya fue considerada durante el levantamiento del cadáver de la osa, y por ello desde el primer momento se instaló un dispositivo de seguimiento y vigilancia en la zona, que está formado por agentes medioambientales, celadores de medio ambiente y patrullas oso de la Junta de Castilla y León, no habiendo conseguido localizar durante estos días de operativo ningún osezno huérfano. No obstante, este operativo continuará durante los próximos días trabajando intensamente en la zona para intentar confirmar su localización y realizar así un monitoreo del estado del ejemplar por si fuera preciso cualquier actuación complementaria.