A SIETE DÍAS VISTA/Rosa Masegosa
Mala suerte, recompensas y dobles lecturas
El polémico proceso electoral de Caja España, vilipendiado por los socialistas y justificado por los populares, ha sido la noticia de la semana. Todo por unos supuestos disquettes que podrían haber corrido de mano en mano conteniendo los datos personales de los impositores con derecho a voto. Lo que son las nuevas tecnologías... En relación con la tecnología, ésta también ha sido la semana en la que León ha perdido una gran oportunidad. Ni más ni menos que la celebración de una Cumbre Europea que habría reunido en la capital a todos los responsables de Ciencia y Tecnología de la Unión Europea. Sin embargo, la convoctoria de huelga general el próximo 20 de junio ha dado al traste con esta importante e irrepetible cita. Mala suerte. En un intento, quizá, de compensar a la capital leonesa, tantas veces olvidada, el Partido Popular ha tenido la genial idea de celebrar su próximo Congreso regional en León. El supuesto «intercambio» no es mala cosa si se tiene en cuenta que el Congreso del PP será el pistoletazo de salida de la precampaña electoral. Además, se trata de la gran reunión de los populares castellanos y leoneses que consolidará la nueva dirección del partido, con Juan Vicente Herrera como presidente y Alfonso Fernández Mañueco somo segundo de a bordo. Sin embargo, la elección de León como sede del gran Congreso del PP tiene una doble lectura. Ya hay quien dice que más que compensar a León por su mala suerte congrensual, lo que el Partido Popular pretende es dejar su marca en una provincia en la que, sin duda, la próxima campaña electoral iba a estar protagonizada por dos líderes socialistas de la tierra: Zapatero en el PSOE nacional y Villalba en el regional. Por cierto que ayer mismo Ángel Villalba presentaba su candidatura a la presidencia de la Junta de Castilla y León. La guerra está a punto de comenzar. En cualquier caso, León ha logrado salir bien parada de todo esto. Tras la fallida Cumbre europea, el Congreso del PP pone las cosas en su sitio. La cuestión es no enfadar a nadie, claro. Laberinto jurídico Visiblemente molesta podía verse esta semana a la consejera de Economía y Hacienda, Isabel Carrasco, en su comparecencia en las Cortes para explicar la actuación de la Junta en relación al llamado «caso de la minería». No es para menos después de las acusaciones que tuvo que escuchar de boca de la oposición. De refugiarse en un complicado laberinto jurídico para no hacer nada contra otro popular, la acusó el procurador socialista Octavio Granado, mientras que Antonio Herreros, de Izquierda Unida, pedía su urgente dimisión ante la falta de una actuación decidida contra el ex consejero de Economía, Pérez Villar. Otra que podía haberse enfadado es la consejera de Medio Ambiente, Silvia Clemente, ante el error del presidente Herrera, que en unas declaraciones a los medios de comunicación la confundió con la otra consejera, la de Economía. Hasta ahí, no pasa nada, si no fuera porque el error se produjo en el día grande de Clemente. Ni más ni menos que el día mundial de Medio Ambiente, en el que la consejera, Silvia Clemente, presentaba el flamante Programa Parques Naturales de Castilla y León. Cosas que pasan.