Diario de León

Germán Rodera contestó a las preguntas de la Fiscalía, no a las cuestiones de la acusación particular

El presunto pederasta reconoce que hizo fotos para su propio disfrute

El juicio contra el propietario de la guardería vallisoletana Montessori-3 empezó ayer en medio de una gran expectación. Según el abogado de la

Los abogados preparando sus intervenciones antes del comienzo del juicio

Los abogados preparando sus intervenciones antes del comienzo del juicio

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EP - VALLADOLID.

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El propietario de la guardería Montessori-3 de Valladolid, Germán Rodera Vega, durante la primera sesión del juicio en el Juzgado de lo Penal número 3 de la capital vallisoletana, reconoció la autoría de las fotografías realizadas a una veintena de niños desnudos pero alegó, en consonancia con lo mantenido desde que fuera detenido en mayo de 2001, que las instantáneas realizadas a los menores las conservaba única y exclusivamente para su propia satisfacción. La vista se inició en medio de una gran expectación y despliegue de medios informativos, que tuvieron que permanecer apostados en los pasillos de los juzgados ya que el proceso se desarrollará hasta el próximo día 5 de julio a puerta cerrada por petición expresa de las acusaciones particulares, representantes éstas de los padres de las víctimas. Ni siquiera fue posible ver entrar en la sala al procesado puesto que éste accedió hasta el mismo banquillo procedente de los sótanos del edificio de los juzgados, al que llegó desde el Centro Penitenciario de Valladolid a bordo de un furgón custodiado por la Guardia Civil. Con carácter previo al interrogatorio de Rodera, las acusaciones solicitaron la suspensión de la vista durante unos minutos con el fin de que distintas piezas de convicción, como es el caso de las bañeras de la guardería donde se limpiaba a los niños, fueran trasladadas desde la guardería hasta la sala donde se estaba desarrollando el juicio. Solicitud de nulidad Al término de la primera jornada, el letrado de la defensa, José María Tejerina, resaltó que el acusado no había variado un ápice su versión de los hechos desde que su guardería, ubicada en el barrio de Parquesol, fuera clausurada por orden judicial a raíz de que el día 2 de mayo de 2001 se destapara el presunto caso de pederastia. Así, el abogado aseguró que Rodera, a preguntas del fiscal, confesó la realización de las fotografías, precisó que las obtenía para su propio consumo pero negó que hubiera abusado sexualmente de los niños. El representante de presunto pedófilo desveló que al inicio del juicio, durante la exposición de cuestiones preliminares, puso de manifiesto la vulneración de derechos constitucionales (artículos 18.2 y 24.2 de la Constitución) que, en su opinión, se produjeron al efectuarse registros en la guardería y su domicilio sin mandamiento judicial, circunstancias que habrán de ser valoradas por el juez y que podrían desenvocar en una sentencia no condenatoria si se comprueba que parte de las pruebas se obtuvieron de forma ilícita. Se confirman las peticiones El defensor calificó también de «curioso» que su patrocinado haya sido acusado de una conducta o delito «que se comete en soledad» y, sin embargo, a lo largo del proceso esté previsto que declaren cerca de sesenta padres de los niños afectados, de ahí su convicción de que el testimonio de éstos «aportará muy poco al proceso». El acusado se enfrenta a penas que en su conjunto oscilan entre los 56 y los 132 años de cárcel, como así sostienen, respectivamente, las acusaciones pública y privadas. De las seis acusaciones particulares existentes en el proceso, cinco de ellas son letradas de la Asociación de Asistencia a Víctimas de Agresiones Sexuales, que entienden que Rodera es autor de veintidós delitos de abusos sexuales (catorce de ellos continuados) y de otros tantos delitos, también catorce de ellos continuados, de pornografía infantil. Estos delitos tienen el agravante con la agravante de que fueron cometidos por la persona encargada de la guarda de los niños.

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