Todo para el final, también en Fuensaldaña

El verano ya llegó a Fuensaldaña y muy pronto alcanzará también a los miembros del Ejecutivo autonómico. Algunos responsables políticos ya anunciaban estos días los lugares dónde se irán de vacaciones. Como para el resto de los mortales, la playa es el destino elegido por la mayoría, entre ellos, la consejera de Economía, Isabel Carrasco, el procurador socialista Antonio Losa o el titular de Agricultura, José Valín, aunque éste último también pasará algún tiempo en su pueblo, Villalón de Campos. Pero antes de irse de vacaciones, los procuradores de las Cortes de Castilla y León han tenido que hacer los deberes de última hora a marchas forzadas. Hasta seis textos legislativos se debatieron y aprobaron esta semana en el «pleno escoba» del Parlamento autonómico, el último que se celebra en el actual periodo de sesiones. Y es que, aunque el castillo de Fuensaldaña volverá a abrir sus puertas en septiembre, no será hasta principios de octubre cuando las Cortes vuelvan a celebrar otro pleno. Por todo ello, esta semana había que acelerar todo el trabajo que se había ido acumulando durante el año y que, -menos mal-, no se podía dejar para el próximo otoño, cuando los últimos compromisos de la legislatura y el debate sobre los presupuestos de la comunidad para el año que viene coparán todo el tiempo de los parlamentarios autonómicos. Así, si en lo que va de año se han aprobado un total de doce leyes, ni más ni menos que seis de ellas obtuvieron el visto bueno de las Cortes durante el último pleno. Todo un récord. Sin embargo, si ya es difícil para los procuradores seguir con atención, y conocimiento de causa, el debate de seis textos legislativos, -con sus correspondientes enmiendas y votaciones-, lo es aún más para el ciudadano de la calle, quien se encontró al día siguiente con un cúmulo de titulares sobre nuevas normativas bastante difíciles de digerir. En concreto, la Ley de Patrimonio, la de Fundaciones, la de Juventud, la de Menores, la que declara de interés regional las instalaciones de residuos y la que modifica la Ley de Urbanismo. Cortes y juventud Aunque no fue el texto más polémico, el debate sobre la Ley de Juventud fue uno de los más interesantes. Sobre todo porque pudo comprobarse el concepto de juventud que tienen los procuradores autonómicos. Mientras el presidente de Nuevas Generaciones del PP, Raúl de la Hoz, con planchado traje y perfecta corbata siempre, presumía de estar incluido en este colectivo, el más joven de los procuradores socialistas, José María Crespo, -ex secretario general de Juventudes Socialistas de España-, le explicaba que no puede entenderse por jóvenes sólo a aquellos que están asociados en organizaciones juveniles, puesto que éstos son en realidad una auténtica minoría. Pero, sin duda, el debate más animado fue el de la paridad en las listas electorales. Los socialistas pedían una modificación de la Ley Electoral para que las listas de los diferentes partidos se compongan en un 50% de hombres y mujeres. Si bien esta propuesta fue finalmente rechazada por la mayoría popular, el debate ya se había ido previamente por los cerros de Úbeda. Nunca antes se había hablado tanto en el hemiciclo de Fuensaldaña de preservativos o de relaciones sexuales, ni había habido tantas protestas de las féminas del Partido Popular, encabezadas por Mª Ángeles Armisén. Sin embargo, y aunque los socialistas pidieron el voto secreto de esta iniciativa, -con urna y todo-, no consiguieron arrancar ni un solo voto a favor a las procuradoras populares Más claro, agua La Unión del Pueblo Leonés también lo tuvo difícil para hacerse entender en este último pleno antes de las vacaciones parlamentarias. El procurador leonesista Joaquín Otero tuvo hasta dos ocasiones, -cosas del Reglamento de las Cortes-, para preguntar al consejero de Industria, Comercio y Turismo, José Luis González Vallvé, sobre el polémico envío de cartas persuasivas a varias empresas de León, con el objetivo de que se trasladaran al Parque Tecnológico de Boecillo. Aunque Otero utilizó todo tipo de fórmulas para arrancar una explicación clara al titular de Industria, -hasta utilizó técnicas de maestro de escuela-, éste se negó a reconocer el error de la Agencia de Desarrollo Económico y, más aún, su propia responsabilidad en este escándalo. Su única defensa fue la de culpar a los leonesistas de estar utilizando demagógicamente esta polémica con claros fines políticos. Por otro lado, estos días también ha vuelto a causar polémica el futuro circuito de La Bañeza. La historia comenzó durante el pasado Debate sobre el Estado de la Comunidad, en el que los tres procuradores de la Unión del Pueblo Leonés votaron en contra de todas las iniciativas presentadas por los socialistas, sin darse cuenta de que con ello contribuían al rechazo de propuestas como el Instituto de la Función Pública para León o el propio circuito de velocidad de La Bañeza. Pues bien, los leonesistas volvieron a presentar una pregunta de actualidad sobre el circuito en el último pleno de Fuensaldaña, aunque finalmente ésta no fue admitida por la Mesa de las Cortes. Mientras los procuradores de la UPL no dudaban en saltar a la palestra para acusar al PSOE de haber votado en contra de la admisión de esta pregunta, los dos miembros socialistas de la Mesa de las Cortes enviaban un desmentido asegurando que, por el contrario, sí habían votado a favor. De nuevo, la polémica está servida, aunque en esta guerra lo que habría que preguntarse es a qué están jugando unos y otros. En definitiva, lo que cuenta es que la iniciativa leonesista sobre el circuito de La Bañeza no se debatirá en las Cortes de Castilla y León hasta el próximo mes de octubre, cuando se reanuden los plenos parlamentarios. En el primero de ellos, los leonesistas tendrán la oportunidad de enmendarse con una pregunta oral sobre el tan traído y llevado circuito de velocidad bañezano.