La «guerra» del agua acabará con la nueva junta de explotación de Riaño
Las comunidades de regantes de León han propuesto la constitución de una entidad con representantes de esta provincia, de Palencia y de Valladolid, para evitar que se repita la conocida como guerra del agua entre provincias de la misma comunidad autónoma. El presidente de una de esas comunidades de regantes leonesa, Matías Llorente, explicó que la propuesta de constituir una junta de explotación con representantes de León, Palencia y Valladolid fue planteada recientemente ante la Confederación Hidrografía del Duero, que la acogió «favorablemente». Esta junta de explotación interprovincial, o entidad que decidirá cuestiones como el régimen de agua que se destina a los regadíos de cada zona de riego, la integrarían representantes de los agricultores, ayuntamientos, compañías eléctricas e industrias afectadas, entre otros. Según los técnicos de la Confederación, la nueva Junta de Explotación Esla-Valderaduey podrá reunirse en la próxima campaña para decidir cómo repartir el agua. Reparto de agua cada año El objetivo de esta propuesta es evitar la denominada guerra del agua, que este verano enfrentó por primera vez de forma manifiesta a los regantes del León con los de Palencia y parte de Valladolid, por el trasvase de agua del embalse leonés de Riaño a cultivos de esas otras provincias. «No puede ser que cada uno estemos hablando por un lado» con el organismo de cuenca, ya que una decisión favorable a los regantes de León puede perjudicar a los de Palencia y Valladolid o al contrario, sino que «debemos ir todos juntos en los próximos años» en los acuerdos con la Confederación, comentó Matías Llorente. La decisión de reducir las reservas estratégicas de los embalses de León, para garantizar a la vez el trasvase de agua a las otras provincias y el mantenimiento de la campaña de riego para los agricultores leoneses, puede conllevar que «por primera vez en la historia los pantanos leoneses estén a cero» cuando comience el año hidrológico, el próximo 1 de octubre, a juicio de ese representante. «La guerra del agua ya se avecinaba desde hace años, pero ha estallado este verano por la sequía, y esconde un problema de uso racional de unos recursos, por los cuales estamos pagando los regantes, que en invierno se dejaron ir al mar, al desembalsar agua cuando sí la había, sin contar con nosotros», subrayó Llorente.