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La soledad se acentúa en CyL al mismo ritmo que la despoblación

Las personas que viven solas pasaron de 283.400 en 2014 a 301.400 en el año 2019, un 6,5% más

Imagen de un hombre en la cocina de su casa. CABALAR

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León

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La sangría poblacional en Castilla y León, cuyo padrón disminuye cada año debido en buena parte al envejecimiento de sus habitantes, va acompañada de un incremento de la soledad no deseada que no deja de crecer y afectar sobre todo a los más mayores.

Las personas que viven solas cada vez son más en Castilla y León, pues pasaron de 283.400 en 2014 a 301.900 en 2019, un aumento del 6,5 por ciento, en un momento en el que la despoblación se ha convertido en uno de los retos principales de la Comunidad, que en el mismo periodo redujo su población un 4,8 por ciento, según datos del INE.

Para luchar contra este fenómeno existen organizaciones como el banco del tiempo de Valladolid, un servicio municipal que posibilita a sus socios colaborar entre ellos en labores del día a día y disfrutar de actividades grupales donde uno de los objetivos principales es huir del aislamiento social. «Esto no es un voluntariado, aquí todo es horizontal. Yo ayudo, pero también me ayudan ante determinadas situaciones cotidianas de la vida», explica la responsable del Banco del Tiempo de Valladoli, Amaya Sánchez, una entidad municipal con la que un usuario puede pedir a otra que le arregle un grifo que gotea mientras él ofrece sus conocimientos informáticos.

Otro ejemplo es el caso de Teresa, de 79 años, quien vive sola y participa en el Banco del Tiempo ofreciendo su experiencia de costura. «Por suerte está la familia cerca, los viernes siempre viene una nieta a comer conmigo y mis hijos cuando no es uno pues viene la otra», reconoce Teresa, aunque agradece todo lo que le ha dado esta entidad tras más de 7 años participando tanto en intercambios como en actividades grupales. «Ya soy mayor y tengo la máquina que unas veces me cose y otras veces no me cose, pero se puede ayudar de muchas maneras», asegura Teresa, que forma parte de esas más de 300.000 personas que viven solas, de las que alrededor de la mitad tienen más de 65 años.

La responsable de la entidad detalla la casi infinita lista de actividades grupales que ofrece el banco del tiempo además de los intercambios: meditación, idiomas, club de cine, charlas sobre literatura, informática, deportes como el ping-pong, talleres de cocina… la gran mayoría suspendido de manera temporal por la pandemia, aunque sobreviven algunas actividades al aire libre.

Con ello asegura que se crean vínculos entre personas que por uno u otro motivo buscan esos lazos sociales. «He conocido casos como por ejemplo uno que me llegó de Proyecto Hombre, que el hecho de estar aquí, de conocer un entorno sano, de conocer a un grupo de gente con los mismos intereses y motivaciones le ha hecho crear un círculo de amistades nuevo y ahora le va fenomenal». Para combatir la soledad no deseada, la Junta de Castilla y León lleva a cabo acciones como la puesta en marcha de la teleasistencia avanzada, según explica el director general de Personas Mayores, Pablo Rodríguez, además de colaborar con federaciones de jubilados y pensionistas.

Esperanza de vida

Se pretende llegar a todos los rincones de la comunidad con medidas telemáticas y telefónicas para combatir la soledad no deseada, que según el representante de la Junta está influenciada por factores sociales, familiares y biológicos, además de remarcar el aumento de la esperanza de vida. Los ayuntamientos, como administraciones más cercanas al ciudadano, también actúan para combatir la soledad no deseada, que «crece y crece rápidamente»; según ha observado la concejala de Servicios Sociales y Mediación Comunitaria de Valladolid, Rafaela Romero.

Talleres online, actividades al aire libre, el proyecto Cuidándote para llegar a los mayores de 85 años con la teleasistencia, convenios con asociaciones como la Federación de vecinos Antonio Machado para promocionar el voluntariado, servicio de ayuda a domicilio, un teléfono de atención directa a personas mayores de 70 años, campañas de concienciación a los ciudadanos o la difusión por redes sociales son algunos de sus servicios.

«Tenemos más calidad de vida, vivimos más tiempo y en mejores condiciones», detalla la concejala, una clara evolución respecto a décadas atrás ya que «ahora una persona de 65 o 70 años puede hacer senderismo y meterse 30 o 40 kilómetros», apunta.