Igea vuelve a su papel de azote crítico

El vicepresidente, portavoz de la Junta de Castilla y León y líder de Cs en la autonomía, Francisco Igea, que se postuló frente a la candidatura de Inés Arrimadas en la asamblea de la formación del año pasado, ha pedido a la líder del partido naranja que «una al partido» y «cierre los problemas internos» en la Ejecutiva convocada de urgencia para este lunes.

En la rueda de prensa junto a los procuradores de Cs en las Cortes de Castilla y León, Igea ha opinado que estos días «la política no está dando la mejor imagen», de modo que ha pedido a la dirección de su partido una reflexión sobre lo ocurrido.

«Le pido a mi partido que tome las decisiones necesarias para conseguir que Cs esté cada vez más unido, sea más grande, más fuerte y represente aquello para lo que miles de ciudadanos nos votaron y miles de personas se unieron con ilusión, entrega y ganas de cambiar las cosas», dijo.

Igea añadió que ni él ni los otros once procuradores de la Comunidad han «perdido la esperanza», de modo que esperan que la formación «tome las decisiones adecuadas» encaminadas a «cohesionar el partido y que este deje de perder militantes», añadió.

Igea ha apuntado que la imagen del partido va a depender de lo que este haga a partir de ahora y de cómo sean capaces de defender este momento, al tiempo que ha invitado a aprovechar las oportunidades que brindan las crisis y ha resaltado las personas «capaces» y «todo lo bueno» que tiene Cs, un partido «necesario» que tiene que conseguir ser «más grande, cohesionado, tolerante y con menos problemas internos».

De esta manera, Igea ha vuelto a tomar el papel de azote crítico en su partido.

El giro de Ciudadanos que ha causado un terremoto político en España amenaza con una rebelión en sus filas. Casi nadie, por no decir nadie, dentro del partido sabía que la dirección llevaba tiempo negociando con los socialistas desbancar al PP en Murcia.

La líder naranja y su círculo pretendían una ruptura con el PP limitada al Gobierno de Murcia para resituar a Ciudadanos en el centro del tablero pero la onda expansiva ha volado todos los puentes con los populares. Un error de cálculo para muchos que supone el principio del fin de la formación liberal.

Pese a las críticas, Arrimadas defiende haber ejecutado una maniobra arriesgada, aunque imprescindible, para la supervivencia de su proyecto político y para que Ciudadanos no acabe subsumido dentro de las filas del PP. «Voy a dormir con la conciencia tranquila —aseveró en Antena 3-—porque hacer lo correcto es lo difícil».

No piensan lo mismo algunos militantes y cargos orgánicos del partido que desconfían del paso dado por la dirección y exigen una explicación.

El malestar en las filas naranjas es palpable y hay quien no lo oculta. El diputado Fran Carrillo estalló el miércoles en medio del Parlamento andaluz por las mociones de censura y los «conchabeos» que se están produciendo, en su opinión, en plena pandemia con centenares de personas muriendo cada día. Carrillo dejó sin palabras a sus compañeros al parafrasear desde la tribuna al que fuera presidente de la Primera República Estanislao Figueras y proclamar: «Estoy hasta los cojones de todos nosotros». «Damos vergüenza», remachó.

La operación de Murcia se produce en un momento de extrema debilidad y de crisis interna en Ciudadanos tras el batacazo en Cataluña, donde se dejaron 30 de los 36 diputado, y con un sector del partido exigiendo la convocatoria de una asamblea general para redefinir la estrategia a seguir.