Asalariado, ama de casa o retirado, católicos y con estudios primarios
Si se elaborara un retrato-robot del estereotipo del ciudadano de Castilla y León, se obtendría, según la población que ha participado en la encuesta del CIS, una persona mayor de 65 años, retirada del campo o dedicada a las labores del hogar, católico-practicante y con estudios primarios, que políticamente opta por el centro. Así, cuando a los encuestados se les pidió que se ubicaran en una opción política, en términos de derecha e izquierda, sobre una ficha dividida en diez casillas, casi la mitad optaron por las casillas centrales (5 y 6), por la izquierda moderada optaron casi dos de cada diez (más del doble que en la derecha moderada), mientras que esta situación se invirtió entre quienes optaron por los extremos, donde ocho de cada diez optaron por la derecha absoluta y cuatro se posicionaron en la casilla extrema de la izquierda. El principal sector productivo para la población de la encuesta es el campo, seguido por la construcción, la función pública, el comercio y la industria. El nacionalismo es residual La población de la encuesta, en su gran mayoría oriundos de Castilla y León al menos desde la generación anterior, se reconocen principalmente católicos y muy practicante en tres de cada diez casos. El sentimiento nacionalista es residual en Castilla y León, a la que sólo el 1,6% siente como una nación. Casi una cuarta parte de los encuestados son mayores de 65 años, y en cuanto al nivel de estudios, en un 38% de los casos son primarios, un tercio tienen educación secundaria y un 14% ha alcanzado una titulación universitaria. A la hora de votar, los castellanos y leoneses ven como la opción más correcta la que más se aproxime a sus ideas, aunque casi la mitad reconoce que el candidato puede ser determinante, y la mayoría no ve correcto el hecho de optar por una formación política de la propia comunidad en unas elecciones autonómicas.