La relación con Vox en Castilla y León será la primera prueba de fuego para Feijóo
Mañueco busca reiniciar su trato con localismos que compara con separatistas
El 'factor Feijóo' entra en escena en Castilla y León. El presidente de la Xunta será previsiblemente entronizado como nuevo líder de los populares en el congreso extraordinario que se celebrará el 2 y 3 de abril y pasará la página de Pablo Casado. La llegada de Alberto Núñez Feijóo al cargo puede traer consigo un giro de 180 grados en la estrategia electoral y de pactos del PP ya que apuesta por mantener a raya a Vox, limitando los pactos en todo lo posible y negándoles la entrada en los gobiernos que comanden los conservadores. Un planteamiento que supone todo un dilema para Alfonso Fernández Mañueco que, salvo pirueta de última hora, necesita a los de Santiago Abascal para retener el poder autonómico.
En su paso por la campaña en Castilla y León, Feijóo ya marcó cuál era el camino a seguir: reclamó un aliado "estratégico" y pidió que no se fragmentara el voto de la derecha. "En las elecciones generales en Galicia, Vox sacó más del 7% del voto y Ciudadanos el 4%, sin embargo, en las autonómicas Vox consiguió el 2% y Ciudadanos el 1%. Yo soy presidente de la Xunta gracias a esto", explicaba en uno de los actos de campaña.
Precisamente, ese discurso, el que sitúa a a Vox en el terreno de un "populismo" de "planteamientos excesivos", según sus palabras, es el que ahora entra en cuestión. La extrema derecha se prefigura como aliada necesaria en Castilla y León. Fernández Mañueco lo sabe y no se ha cerrado a pactar con nadie. Aunque desde la dirección nacional de Casado se marcó como línea roja una coalición con los de Abascal, el dirigente castellanoleonés ha reivindicado en todo momento su autonomía para negociar. En su equipo descartan a priori una repetición electoral e insisten en que intentará agotar todas las vías alternativas para revalidar su mandato. "No estamos para repetir elecciones", aseguran fuentes populares.
Peso para gobernar Vox no forma parte de ningún Gobierno autonómico -en el de Murcia hay consejeros procedentes del partido, pero que fueron expulsados del mismo- pero en la cúpula quieren que eso cambie. "Ahora hay peso para gobernar", reconocen en el partido ultraderechista. Su medida es Ciudadanos. "Siempre que saquemos su porcentaje de voto o más, exigiremos lo que ellos tenían", avisan.
De ahí que hayan trasladado ya a los populares que quieren tener las mismas consejerías que tenía Ciudadanos, además de la presidencia de la Cortes, con el argumento de que han sacado el mismo e incluso mejor resultado electoral que los liberales en 2019. En aquella ocasión, el desenlace fue la formación de un Ejecutivo de coalición con Ciudadanos. Abascal quiere lo mismo pero la dirección nacional del PP, tanto con Casado como con Feijóo, no.
Los socialistas advirtieron ayer al próximo líder de los populares que "sería un mal comienzo y empezaría con una hipoteca importante" su liderazgo si Mañueco pacta con los "extremistas". En el PSOE dudan del perfil moderado del presidente de la Xunta de Galicia y que su nombramiento como líder del PP vaya a suponer un distanciamiento de Vox.
Aunque Feijóo fue el primer dirigente del PP que se mostró contrario a pactar con los ultraderechistas, en la última reunión del comité ejecutivo del PP, defendió que Fernández Mañueco tuviese las manos libres para decidir sobre la gobernabilidad en su comunidad tras las elecciones, sin excluir de partida a Vox. "Él conoce mejor que nadie Castilla y León", dijo ante el resto de barones territoriales. Una vez que asuma las riendas del PP deberá marcar un rumbo claro y decidir si mantiene cerradas las puertas a un pacto con los de Abascal. En Andalucía, donde los comicios están al caer, alertan del peligro de abrir esa puerta ya que colocaría a Juanma Moreno ante una disyuntiva endiablada con el agravante de que esa posiblidad de entendimiento con la extrema derecha movilizaría a la izquierda.
Lo que antes eran localismos, ahora son aliados
El presidente en funciones de la Junta de Castilla y León y candidato del PP a la reelección, Alfonso Fernández Mañueco, junto a su equipo negociador, inicia mañana con los representantes de Soria Ya los contactos con los partidos provinciales que lograron representación en las Cortes y que comparó con el "separatismo" a nivel nacional, aunque se tratará de un reinicio, puesto que en la anterior legislatura ya negoció y pactó con Por Ávila, aunque terminaron enfrentados.
"El localismo es a Castilla y León lo que el saparatismo a España", resumió Mañueco desde Arévalo (Ávila), en una de las jornadas de la campaña electoral en la que lanzó este mensaje fundamentalmente dirigido a Por Ávila y Soria Ya, pero que repitió en varios de sus mítines.
Tras las reuniones con el PSOE y Vox, el PP afronta a partir de mañana los encuentros con el resto de partidos con representación parlamentaria obtenida el 13-F, y lo hace con Soria Ya, que cosechó un gran triunfo a nivel provincial soriano, convertida con tres procuradores en la primera fuerza política en su primera concurrencia y sumando más apoyos que el PP y el PSOE juntos.
La idea del PP es, más allá de las manifestaciones realizadas en el fragor de la campaña, acercar posturas con Soria Ya para sumar apoyos de cara a la hipotética investidura de Mañueco y conseguir así aminorar el valor del apoyo que tendría que dar Vox al PP para que ese acuerdo echara a andar la legislatura.
Los sorianos se han presentado dispuestos a un acuerdo con el PP, al tratarse del partido más votado en las elecciones, y su portavoz, Ángel Ceña, ha subrayado que muchas de las propuestas incluidas por Soria Ya en su programa forman parte también del presentado por Mañueco.
El PP necesita a Soria Ya, pero también lo intentará con Unión del Pueblo Leonés y Por Ávila, para explorar la posibilidad de establecer una mayoría parlamentaria con la que gobernar en solitario, pero con la necesaria colaboración de Vox para la investidura, ya que la suma del PP y el resto de partidos del hipotético Grupo Mixto con los que busca un acuerdo no alcanzar la cifra de 41 procuradores que garantiza la mayoría parlamentaria.
En sus manifestaciones críticas con los localismos, Mañueco subrayó que a nivel nacional el portavoz en el Congreso de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Gabriel Rufián, representa a los políticos que "anteponen sus intereses personales" al interés general y lo hacen para estar "sujetado al sillón", aunque dejó a la "imaginación" de los periodistas quién puede encarnar esa figura entre los dirigentes de los partidos localistas.
Tras el encuentro con Soria Ya, el PP proseguirá su ronda de contactos el lunes con los representantes de la Unión del Pueblo Leonés (UPL), que ha triplicado su escaño de la anterior legislatura con su portavoz Luis Mariano Santos al frente, mientras que el siguiente en compartir mesa con los negociadores del PP será el martes el exvicepresidente de la Junta y candidato de Ciudadanos, Francisco Igea.