Mañueco y Vox no logran cerrar su pacto para gobernar la Junta
El PP y el partido de Abascal encallan en el reparto de consejerías y altos cargos en CyL
García-Gallardo y Mañueco el día que sellaron el pacto de gobernabilidad. NACHO GALLEGO
La fecha de la sesión de investidura de Alfonso Fernández Mañueco (PP) como presidente de la Junta de Castilla y León se mantiene aún en el aire y, en aplicación del Reglamento de las Cortes y de los tiempos habituales para estos casos, ya no se podrá cumplir con lo previsto por el presidente de la Cámara, Carlos Pollán (Vox), quien habló del viernes 25 de marzo o lunes 28 de marzo como días de referencia. La fecha límite para una primera investidura es el 31 de marzo
El hecho es que aún no han sido convocadas las preceptivas reuniones de la Mesa de las Cortes y la Junta de Portavoces que deben organizar, con 48 horas de antelación, los tiempos del Pleno en el que previsiblemente Mañueco sería investido con los apoyos de los 31 votos del Grupo Popular y los 13 del de Vox, al sumar 44 de los 81 parlamentarios.
Los motivos de esta dilación difieren, ya que desde las filas de Vox hablan del cierre de flecos programáticos, de la estructura del gobierno de coalición y de la formación de los equipos de las consejerías y desde el PP afirman que las negociaciones están cerradas desde hace días y están a expensas de la convocatoria del Pleno, según explicaron fuentes de ambos partidos.
Tanto representantes del PP como de Vox han hablado en las últimas semanas de la voluntad de llegar a acuerdos para que la Comunidad cuente cuanto antes con un Gobierno que afronte la situación actual, marcada por cuestiones como la pandemia de covid, el incremento de precios vinculado a la energía y la repercusión de la guerra en Ucrania por la invasión rusa.
El reglamento de la Cámara establece que la sesión de investidura comenzará por la lectura de la propuesta de un candidato, en este caso Mañueco, quien a continuación expondrá, sin limitación de tiempo, el programa del Gobierno que pretende formar y solicitará la confianza de las Cortes de Castilla y León.
Tras la interrupción decretada por la Presidencia, en todo caso no superior a veinticuatro horas —la idea es que la sesión se concentre en una sola jornada de mañana y tarde noche—, intervendrá un representante de cada Grupo Parlamentario, o en su defecto de cada grupo político o coalición electoral con representación parlamentaria, por un tiempo de treinta minutos.
Mañueco podrá hacer uso de la palabra cuantas veces lo solicite y dar réplica a los representantes de los Grupos Parlamentarios de forma individual o agrupada, con la correspondiente dúplica para sus interlocutores de al menos diez minutos.
La votación de la investidura se llevará a efecto previa fijación de hora por la Presidencia de las Cortes y para convertirse en presidente, en este caso Mañueco tendrá que obtener la mayoría absoluta en primera votación, algo que espera alcanzar con la suma de los votos del PP (31) y Vox (13), en virtud del acuerdo alcanzado el pasado 10 de marzo.
Pollán tiene dos meses de plazo desde la primera votación para que no se dé por fallido. Pasado ese plazo, Mañueco tendría que convocar elecciones de nuevo.