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Gallardo abronca en nombre de CyL a la UE por su «fanatismo climático»

Censura la escasa defensa del estilo de vida europeo y enfatiza que «el futuro es de los patriotas»

García Gallardo ayer, durante su intervención en el Comité Europeo de las Regiones. COMUNICACIÓN JUNTA CYL

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EFE

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El vicepresidente de la Junta, Juan García-Gallardo (Vox) llevó ayer al corazón de Europa su negacionismo climático. Lo hizo en representación de Castilla y León como voz única y aunque habló en nombre de toda la Comunidad, lo que dijo es su opinión personal y la de su partido.

Gallardo intervino en el debate sobre el futuro de Europa celebrado en Bruselas como miembro del Comité Europeo de las Regiones, una de las pocas competencias reales que tiene el vicepresidente y que Mañueco le concedió en el pacto de gobierno PP-Vox. Lo hizo por primera vez y «como miembro de pleno derecho en el Comité Europeo de las Regiones en representación de los intereses de las personas de Castilla y León», textualmente según la nota de prensa remitida oficialmente por el gabinete de Comunicación de la Junta.

En el minuto y 16 segundos que duró su intervención, amonestó a la UE por lo que Vox y él califican de «fanatismo climático» y arremetió contra la Agenda 2030 y hasta contra los carriles-bici. Además, regañó a los miembros del comité por la escasa defensa del «estilo de vida europeo», la falta de ayudas a la familia y la natalidad y la inexistencia de «fronteras seguras».

En su breve discurso, se arrogó el conocimiento de las «verdaderas amenazas para el futuro de Europa», sostuvo que la «ingeniería social verde» de Europa está «debilitando» a las democracias europeas y que «nuestros enemigos lo saben» y auguró que «el futuro es de los patriotas» para concluir con un «¡Viva la hispanidad», obviando que el 12 de octubre ya no lleva ese nombre y lo que se celebra —además de la patrona de la Guardia Civil y de Aragón— es la Fiesta Nacional de España.

«En los dos últimos días he escuchado a muchos de ustedes hacer propuestas en materia de transporte, energía y lucha contra la despoblación y podemos llegar a estar de acuerdo en algunos de los aspectos, pero la mayoría de ustedes omite lo esencial. Mientras ustedes insisten su catastrofismo climático, silencian las verdaderas amenazas para el futuro de Europa», censuró a los demás miembros del Comité. Según García-Gallardo «no hay futuro sin familias fuertes, sin natalidad, sin fronteras seguras» y sostuvo que «su ingeniería social verde está debilitando a las democracias europeas».

«Nuestros enemigos lo saben y ustedes también», advirtió severo. Según su análisis, «los europeos no arriesgarán sus vidas por las emisiones de CO2, los carriles bici o la Agenda 2030» y en cambio, sostuvo, «sí lo harán, en caso de ser necesario, por el amor a sus familias, a la tierra que labraron sus padres o al legado cultural de sus abuelos».

«Europa necesita menos fanatismo climático y más defensa de nuestros intereses y nuestro estilo de vida», reprochó. «Necesitamos menos relativismo y más políticas a favor de las familias y la natalidad. Necesitamos menos Agenda 2030 y más sentido común», dijo.

«El futuro es de los patriotas, !Viva la Hispanidad», finalizó Gallardo.

Después, durante un receso del pleno, García-Gallardo matizó que «hay que defender el medio ambiente», pero también «el sentido común y encontrar un equilibrio entre la economía de las familias y las empresas con el medio ambiente».

«Yo lo que creo es que en Europa están preocupados por el final del mundo y los castellanos y leoneses están preocupados por llegar a final de mes. Queremos que las conquistas sociales, como es poder comprar cualquier alimento, entre ellos los más caros, como la carne y el pescado, sigan siendo una conquista de la clase media. Queremos conciliar el medio ambiente con que los castellanos y leoneses puedan seguir comprando productos básicos por un precio razonable», añadió.

El vicepresidente autonómico vinculó «las políticas verdes» con el encarecimiento de la factura de la energía y afirmó que, por ejemplo, a consecuencia del cierre de las centrales nucleares en Alemania, se ha establecido «una dependencia del gas ruso y una situación de debilidad para las naciones europeas».

«Hemos perjudicado a la cadena de suministros, no solo energética sino también alimentaria, y yo creo que muchos políticos se están dando de bruces contra la realidad. Ha llegado el momento de que se imponga el sentido común», concluyó García-Gallardo.