Iban a por el tercero y nacieron trillizos: así cambió su vida y su Instagram
Tenían claro que querían dar una hermanita a Mateo y Pablo pero en vez de una niña llegaron trillizos y eso trastoca cualquier plan, como bien saben Héctor y Arantxa, una pareja zamorana que se adapta a su nueva vida con cinco hijos mientras muestra por la red social Instagram su día a día dando biberones por triplicado.
Los tres pequeños, Adrián, Raúl y Hugo, llegaron cual regalo el día de la Cabalgata de los Reyes Magos pero al ser prematuros permanecen desde entonces en el Hospital Clínico Universitario de Salamanca, por lo que el último mes se ha convertido para esta pareja en un ir y venir diario entre Zamora y Salamanca mientras buscan una nueva vivienda que se adapte a las necesidades de una familia numerosa de categoría especial.
No sólo eso, también deberán cambiar el coche por uno con tres filas de asientos y se preguntan cómo lo harán el día que esté solo uno de los padres y tenga que cambiar sin más ayuda los pañales a los trillizos o bajarlos en el ascensor de casa.
Aún así, tenían "clarísimo" que querían ser familia numerosa y hasta barajaron la opción de tener un niño de acogida tras un aborto natural. Estaban en trámites para ello cuando la vida les dio una triple alegría.
"Nos enteramos que estábamos embarazados, primero nos dijeron que eran dos y a la siguiente revisión nos dieron una nueva sorpresa de que venían tres", relata feliz a Efe Héctor Borrego, celador en el hospital Río Hortega de Valladolid y natural de La Hiniesta, un pueblo del alfoz de la capital zamorana.
La locura del primer mes
Su pareja, Arantxa Rodríguez, administrativa en la Junta de Castilla y León en Zamora y madre de cinco niños a los 35, lo corrobora y, pese al júbilo que ha supuesto dar a luz a trillizos, admite que el primer mes ha sido "una locura".
"Es un poco de caos pensar en ir a Salamanca, cuánto vas a tardar y cómo vas a volver, estar en carretera y con los niños grandes aquí -en Zamora-, tirando de familia que te ayude porque si no, no llegas a recogerles o a llevarles a extraescolares", señala.
El padre, Héctor, también tiene el corazón dividido entre Zamora, donde viven y están los dos mayores; y Salamanca, donde los trillizos prematuros aprenden a tomar el biberón y ganan peso antes de que reciban el alta.
Cuando nacieron estuvieron seis días seguidos en Salamanca con los bebés y al volver a Zamora, Pablo, sin pelos en la lengua a los 4 años, les dijo a sus padres que les echaba mucho de menos y él también los necesitaba. "A mi eso me partió el alma", reconoce Héctor.
Aventura compartida en la red
Lo de retransmitir sus "aventurascontrillizos", nombre que han elegido para su cuenta de Instagram, fue idea de Arantxa, o más bien de sus compañeras de trabajo, que tomando café le animaron a abrir un perfil en la red social, "aunque fuera solamente para que me regalaran pañales", explica.
El caso es que obsequios no han recibido ninguno por el momento pero sí han sabido contar al mundo sus peripecias en este primer mes con trillizos, con lo que además pueden ayudar a otras parejas que se vean en la misma situación, ya que de embarazos y bebés hay mucha información por internet pero de trillizos no tanta.
Trillizos y a la vez gemelos
Ello pese a que lo de tener tres en uno plantea problemas cotidianos como el de distinguir a cada bebé. Para rizar el rizo, Adrián y Raúl son también gemelos y aún más difíciles de diferenciar que el tercer trillizo, Hugo.
Un pequeño despiste puede hacer que en un momento determinado uno no sepa a cual de los tres ha dado el biberón y como no es cuestión de que uno tome ración doble a costa de otro de los trillizos, Héctor y Arantxa han acordado asignar un color a cada uno que figure en su biberón y su chupete y se plantean incluso pintar una uña de cada trillizo de ese color para evitar confusiones.
Soluciones imaginativas para la aventura que representa ir buscando el tercer hijo y que sean tres cunas más las que hay que montar en casa.