Cuatro años de revuelta de la España vaciada: no al territorio de sacrificio
Se oponen a «megaproyectos energéticos», macrogranjas y las nuevas formas de explotación
Al cumplirse cuatro años de la gran manifestación en Madrid que visibilizó el malestar de las colectividades que constituyeron la denominada Revuelta de la España Vaciada, las asociaciones que luchan por la pervivencia del medio rural despoblado celebraron ayer este aniverario con un nuevo mensaje reivindicativo: «No queremos ser territorio de sacrificio».
Con ese eslogan, a través de un comunicado, el movimiento La Revuelta de la España Vaciada hace alusión a los «megaproyectos energéticos», las macrogranjas y las nuevas formas de explotación industrial que constituyen una nueva amenaza para el futuro de los territorios que son epicentro de las políticas de reto demográfico.
Los colectivos integrantes de ese movimiento social en Zamora, que es la provincia que más población pierde de España (el 12 por ciento en la última década) y la que menos proporción de menores de 20 años tiene de la UE (el 13,1), han alertado de que Zamora es «el mayor agujero demográfico de toda Europa».
Sostienen además que ni esta provincia ni el resto del territorio englobado en la denominada España vaciada quiere seguir convirtiéndose en un territorio de sacrificio en el que «nos expolian los recursos sin dejar beneficios a largo plazo en nuestras comarcas», señalaron en el comunicado difundido ayer.
Para estos colectivos, el modelo que potencia los megaproyectos eólicos y fotovoltaicos y las macrogranjas en los núcleos rurales constituye un «modelo de sacrificio y desequilibrio».
Frente a ello, reclaman tanto al Estado como a la Junta de Castilla y León un futuro digno para Zamora tras «el abandono político por parte de todas las administraciones» al que ha estado sometida esta provincia, y que ha tenido como consecuencias la «destrucción de los lazos sociales, la pérdida de servicios esenciales y la desprotección» de los recursos naturales.
Ayer pidieron que la transición energética no se haga a costa de los pueblos y se mostraron en contra de unas macrogranjas que contaminan los suelos frente a otro tipo de explotaciones que son más sostenibles.
También denunciaron el desmantelamiento de servicios públicos que conlleva ser «un territorio de sacrificio y sin futuro» y el abandono de las líneas de ferrocarril convencionales «en contra de las directrices de la Unión Europea».
Por todo ello, el movimiento social de la revuelta de la España vaciada exige un pacto de Estado contra la despoblación y en favor del reequilibrio territorial.
También pide al Estado que ejerza los controles necesarios para que los proyectos que se acometan en zonas rurales se ajusten en su naturaleza y dimensiones «a la legalidad y al sentido común y sus impactos negativos respondan a criterios de equidad y proporcionalidad».
El movimiento propuso ayer que las inversiones en proyectos que se realicen en el mundo rural para proporcionar bienes y servicios a personas y empresas que no vivan ni tengan sede social en él incluyan una compensación a la comarca afectada destinada a poner en marcha «soluciones eficaces y tangibles contra la despoblación».
Todo ello para que la España vaciada no se convierta en un territorio de sacrificio y pueda seguir «latiendo».