Poner o no la bandera arcoíris divide a CyL con acciones legales
La celebración ayer del Día del Orgullo LGTBI en Castilla y León estuvo marcada por la división entre las formaciones políticas a la hora de poner o no la bandera arcoíris en las sedes de las instituciones, con el caso del Parlamento autonómico donde su presidente, Carlos Pollán (Vox), ha advertido al grupo socialista de que le denunciará ante la justicia si no retira la pancarta que con esos colores han colgado en las ventanas de sus despachos en las Cortes.
El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco (PP), ha reivindicado y defendido la «causa justa» del Día del Orgullo LGTBI. «Conmemoramos el #DíadelOrgulloLGTBI en defensa de los derechos y libertades de todas las personas. A favor de la igualdad real y en contra de todo tipo de discriminación. Una causa justa que merece la pena reivindicar», dijo Mañueco a través de un tuit. Algo que Tudanca vio «cínico» porque la bandera del orgullo se ha retirado en ayuntamientos en los que han pactado PP y Vox y destacó el caso de Burgos.
En las Cortes, Pollán ha amenazado primero con enviar a los servicios de seguridad a retirarla si los socialistas no lo hacían y, más tarde, con denunciar ante la justicia al líder del PSOE y del grupo parlamentario, Luis Tudanca, pero terminada la mañana la enseña seguía en el balcón de su grupo. En respuesta a este nuevo requerimiento, el portavoz del Grupo Socialista en las Cortes, Luis Tudanca, dijo a los medios de información que «no retirarán la bandera»: «Cada bandera que intenten quitar, nosotros la colocaremos mientras quede un solo socialista en esta Cámara».
«Aquí estoy. No me van a amedrentar ni con amenazas ni con intentos de coacción», ha expresado Tudanca, que ha argumentado que Pollán «sabe que estas acciones son perfectamente legales», como así falló el Tribunal Superior de Justicia de Aragón en una sentencia.
En las nuevas corporaciones municipales, Vox ya ha marcado el camino de la legislatura sobre el orgullo.