Prisión provisional para el dueño de los perros que mataron a una joven de Zamora
El Juzgado, además, ha ordenado el sacrificio inmediato de los animales
El pastor y dueño de los mastines y careas que mataron el pasado mes de octubre a una joven enfermera de 27 años en una localidad zamorana ha sido condenado a prisión provisional comunicada sin fianza por un delito de homicidio. Los animales, además, serán sacrificados.
Así se ha decidido en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 4 de Zamora, después de que el juez entendiera que los hechos revisten los caracteres de un delito de homicidio, castigado con penas de más de dos años de prisión, y de considerar que existen elementos "para creer responsable criminalmente" del mismo al investigado.
El instructor ha notificado la prisión provisional del investigado por riesgo de fuga y para evitar la reincidencia, puesto que el acusado, según recoge un comunicado del Poder Judicial, "tiene antecedentes administrativos por dejar en más ocasiones a perros tan peligrosos sueltos sin estar para controlarlos" y porque "nada impide que vuelva a cometer hechos similares, pues sigue teniendo la misma profesión".
Los perros serán sacrificados
La resolución señala que los animales no tenían seguro y que estaban libres "sin ningún elemento de control como bozales o similares", lo que explica el ataque a la joven, que sucedió en un camino público muy transitado, todo ello "sin existir ninguna causa o provocación para ello" y sin que el pastor "se encontrara presente o en los alrededores, a una distancia que le permitiese controlar a sus perros a pesar de la extrema peligrosidad de los mismos".
El Juzgado ha ordenado el sacrificio inmediato de los animales porque "no existe un informe realizado por expertos que descarte de forma absoluta que, en caso de volver a quedar en libertad, no puedan volver a cometer un hecho similar, lo cual acredita la enorme peligrosidad de los mismos", señala el escrito judicial.
Detalles de la investigación
Los agentes de la Guardia Civil tomaron muestras de las dentaduras a los perros para recabar información.
La autopsia reveló que la víctima murió desangrada por las decenas de mordiscos que recibió y que fue atacada con saña en el cuello y las extremidades.