La propiedad inversa se dispara un 72% en la Comunidad en un año
Castilla y León registra el mayor incremento de España el año pasado, con 57 compraventas
Un matrimonio octogenario de 81 y 83 años de edad de Valladolid vende su vivienda en el barrio de Arturo Eyries pero con la condición de seguir viviendo en la propiedad hasta el final de sus vidas. Es la nuda propiedad, una modalidad que cada vez es más utilizada por personas mayores para la obtención de recursos económicos mientras mantienen el uso y disfrute de la casa. Hasta el punto que esta figura registró en 2023 un total de 57 compraventas en Castilla y León, con un incremento del 72,7 por ciento con respecto al año anterior. Se trata de la mayor subida experimentada en España, donde aumentó un 11,3 por ciento, hasta las 1.845 operaciones.
Él es un militar jubilado y ella, una ama de casa, que disfrutan de una buena salud por lo que esperan más años de vida. Al no contar con hijos, han decidido que la mejor forma de disponer de ingresos extra y liquidez es poner a la venta su vivienda pero sin renunciar a un valor tan importante como es su casa, puesto que podrán hacer uso de ella hasta que ambos fallezcan. Es decir, mantienen el usufructo vitalicio.
El Colegio de Registradores de España destaca que el alargamiento de la esperanza de vida, con el correspondiente incremento de las necesidades de recursos económicos a partir de la finalización de la vida laboral activa así como una «probable» reducción de la percepción económica a partir del fin de la vida laboral, puede exigir recurrir al activo que «normalmente» mayor valor tiene en el patrimonio familiar, como suele ser la vivienda. Y es que añade que una vía para la consecución de los recursos necesarios, con el mantenimiento del uso de la vivienda, es la venta de la nuda propiedad.
Por su parte, el nudo propietario tiene la propiedad de una casa pero el derecho de uso y la posesión la tiene otra persona, en este caso el matrimonio jubilado de Valladolid. El gerente de la inmobiliaria Remax Olid, Juan José Crespo, explica a Ical que el comprador de este tipo de vivienda suele ser un inversor, a un precio muy inferior al de mercado. En este sentido, el cálculo del precio de venta de la nuda propiedad está muy condicionado a la esperanza de vida de la persona o personas que se beneficiarán del usufructo. Por lo tanto, cuanto mayor esperanza de vida tenga, mayor será también el valor del usufructo y viceversa.
A su juicio, la nueva Ley de Vivienda «desprotege» mucho al propietario y «protege» al inquilino, por lo que el inversor huye de comprar un piso para luego alquilarlo. «Ahora, muchos inversores prefieren optar por la nuda propiedad en lugar de la compra y así esperar a que el usufructuario fallezca para disponer de la vivienda, con la esperanza de que en unos años haya más seguridad jurídica para alquilar», precisa. En definitiva, se trata de una inversión inmobiliaria a medio y largo plazo.
El número de compraventas de nuda propiedad de vivienda en España alcanzó las 1.845 en 2023, un 11,3 por ciento más que el año anterior, cuando se llegó a las 1.657. Un porcentaje que es inferior al registrado en 2022, cuando fue del 23,7 por ciento.