Agricultura permite el laboreo vertical en tierras de siembra directa para frenar la explosión del topillo
Da luz verde a segar antes del 1 de septiembre las parcelas acogidas al ecorrégimen de establecimiento de espacios de biodiversidad
La Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural aprobó hoy una resolución que introduce medidas de flexibilidad de aplicación inmediata en dos prácticas de los ecorregímenes de la PAC para favorecer el control de las poblaciones de topillo campesino en los campos de cultivo. En concreto, la resolución establece que en la práctica de siembra directa, en cuyas parcelas se ha observado una mayor presencia del roedor, se autorizará el laboreo vertical sin invertir la tierra. De esta forma, el pase del cultivador, chisel o grada de discos pequeños contribuirá a la destrucción mecánica de huras y galerías a la vez que se mantiene el rastrojo sobre la superficie, de manera que el suelo esté cubierto todo el año.
Asimismo, en la práctica de establecimiento de espacios de biodiversidad, se permitirá ya la recolección de las superficies de cereal no cosechado sin tener que esperar al 1 de septiembre. De forma inmediata, los agricultores deberán retirar las pacas y cordones de paja para evitar que el topillo encuentre protección y se resguarde bajo ellos. Al respecto, este año se permite la siega en aquellas parcelas que aún están en pie por este motivo, ya que podría ser también un limitante. La Junta recomienda, igualmente, que después de la cosecha se empaque y se recoja la paja para “no dejar restos de alimentos” para los roedores.
Así lo trasladó hoy el viceconsejero de Política Agraria Comunitaria y Desarrollo Rural, Jorge Llorente, quien mantuvo una reunión con representantes de las organizaciones profesionales agrarias en el marco del seguimiento y actuación de la declarada plaga de topillo campesino en la Comunidad, como reconoció. En este sentido, explicó que las monitorizaciones que realiza el departamento “aconsejan implementar esta práctica de laboreo, que hacen hacen un trabajo mecánico de las huras en tierras de cultivo”.
Llorente recordó que Castilla y León tiene un “problema recurrente” con estas explosiones poblacionales, por lo que apeló a una “actuación integrada, global, coral y continua de todos los agentes en los reservorios”. En este punto, se refirió a los propietarios de las carreteras locales, provinciales, autonómicas y nacionales, así como Adif y Renfe y la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), entre los que la Junta ha encontrado, dijo, “colaboración total” hasta el momento para trabajar de la mano, no solo en las propias parcelas, sino en las denominadas “vías de dispersión”, como son las cunetas de las carreteras e infraestructuras ferroviarias, así como los canales de agua.
En todo caso, garantizó que su departamento “explora con todos los agentes las diversas opciones para aplicar, siempre con objetividad y racionalidad para que sean eficaces y eficientes”. En el encuentro, que se ha desarrollado en un “ambiente de colaboración”, se explicó que la resolución aprobada está ya disponible en el Portal PAC de la Junta de Castilla y León. Ya en la pasada primavera, como informó el Gobierno autonómico, se detectó un aumento poblacional de topillo, momento a partir del cual se intensificó la vigilancia.
Las evaluaciones extraordinarias en toda la Comunidad han confirmado el repunte de topillos en las comarcas de Arévalo-Madrigal y Ávila (Ávila); Arlanza, Bureba-Ebro y Pisuerga (Burgos); Esla-Campos y Sahagún (León); Boedo-Ojeda, Campos, El Cerrato (Palencia); Alba de Tormes, Peñaranda de Bracamonte y Salamanca (Salamanca); Cuéllar (Segovia); Campo de Gómara, Tierras Altas y Valle del Tera (Soria); Centro, Sur, Sureste y Tierra de Campos (Valladolid); y Campos-Pan (Zamora). En todas estas zonas será de aplicación la nueva resolución.
Recomendaciones frente al topillo
Este nuevo paso que adopta la Junta se produce tras la reciente reunión el 31 de julio del grupo de coordinación y cooperación para la gestión del topillo campesino, donde ya se comunicó a todos los actores implicados (administraciones y organizaciones) que debían ejecutar las medidas agronómicas y sanitarias recomendadas por la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural.
Igualmente, en aquel encuentro se recordó la importancia de actuar de forma integral tanto en las vías de dispersión mediante la destrucción mecánica de huras y galerías como en los campos de cultivo, con medidas que ayuden a sus depredadores naturales como las aves rapaces, el incremento de la frecuencia del riego en las parcelas de regadío o con el uso controlado y localizado de fitosanitarios autorizados si las condiciones lo aconsejan.
Plan integral
Por su parte, las organizaciones agrarias aplaudieron que la Junta acometa un plan integral para luchar todos juntos. “Un agricultor por sí solo no puede luchar contra el topillo, tiene que ser entre todos”, ensalzó el secretario general de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA), Aurelio González, quien celebró que la Administración sea “receptiva” para un trabajo que “debe ser continuado en el tiempo”. Sin embargo, advirtió que la medida de laboreo aprobada hoy mediante resolución no se podrá llevar a cabo “si no llueve algo” para llevar a cabo esas roturas en el campo.
También instó a limpiar cunetas de forma mecánica, “no solo en Palencia”, considerada la “zona cero” de esta plaga, sino en toda la Comunidad, “porque hay muchas zonas en franca expansión”. “Está bien que a medida que pase el tiempo se implementen más medidas”, consideró González, quien reclamó presupuesto para la investigación “en la lucha contra el topillo” y para compensar a los agricultores que tomen estas medidas para frenar las plagas. También lanzó una mensaje a los ayuntamientos, que tienen las competencias en materia de caminos y vías pecuarias, a los que pidió un plan de medidas para mantener saneadas las cunetas.
Por su parte, la gerente de Asaja Castilla y León, Nuria Ruiz, explicó que cuando el agricultor cosecha el cereal, el alimento de estos roedores “se acaba en las parcelas y se guardan a las zonas de expansión, en las que hay que trabajar, porque si no en dos meses vuelven a las tierras de cultivo”. “No salimos contentos, pero por el problema serio que tenemos, aunque vemos que se ponen medidas. Siempre se puede hacer más, pero el terreno ahora no permite hacer cualquier cosa porque está muy duro”, apuntó Ruiz, quien invitó a “investigar nuevas medidas” y a acometer “una suma de ellas que se implementen cada una en un momento determinado”.