Diario de León

Preocupación entre los ganaderos: “Aquí no hay buitres y, cuando vienen, es por la carroña, por los ciervos muertos”

La mortandad de estos ungulados en la provincia desciende en septiembre, a la espera de un recuento oficial

COAG Zamora

Ejemplar de ciervo muerto en la provincia de Zamora

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AGENCIAS

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La mortandad de ciervos en la provincia de Zamora ha descendido de forma apreciable en la primera quincena de este mes aunque, por el momento, solo se trate de una apreciación extraoficial, que todavía choca con la que exponen ganaderos de comarcas como Sanabria, La Carballeda y Aliste, que encuentran animales muertos “a diario”.

A falta de una cifra oficial de animales muertos, organizaciones agrarias como COAG aseguran que puede acercarse a 300 y otras fuentes la sitúan en más de medio millar.

“Los ganaderos de las zonas de Sanabria y Aliste, donde están muriendo estos ciervos, comentan que, cada día, cuando salen con el ganado, ven uno o dos ciervos y, si nadie se encarga de retirarlos, son una fuente de contaminación y de problemas sanitarios para las ganaderías”, apunta, en declaraciones a Ical, el secretario general de UPA en Castilla y León, Aurelio González.

“Pero también puede ser para las personas. En algún caso, nos comentan que, con la fiebre, va a intentar beber y se mueren dentro de los cursos de agua”, advierte.

Cuando no hay cifras estrictamente oficiales, las especulaciones se desatan y hay quien considera que la cifra de ciervos muertos supera ya a la que se registró hace años, cuando más de medio millar fueron hallados muertos.

“Silencio de Medio Ambiente”

“Ahora, con el cambio de temperatura, parece que se relaja un poco el tema pero lo verdaderamente llamativo es el silencio de la Consejería de Medio Ambiente. Ni convoca el Consejo de Caza ni convoca la Junta Consultiva de la Sierra de la Culebra”, señala el representante de COAG en las comarcas de Sanabria y La Carballeda, José Manuel Soto. “Los que estamos aquí, en el territorio, sabemos lo que hay y hemos visto lo que hemos visto y estamos en periodo de berrea”, añade.

La inquietud responde a una doble vertiente, ya que los ganaderos y los habitantes de las zonas afectadas se preguntan si la causa de la muerte de los ciervos es la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica, que tanto afectó a la cabaña ganadera española el año pasado, o a otra patología, como la pasteurelosis.

Aurelio González expresa su “preocupación” por que “no se estén retirando” los animales muertos. “Ese es el verdadero problema. Y eso es lo que comunicamos la semana pasada al delegado territorial en una carta. Nos preocupa el tema e, igual que los ganaderos tienen un seguro y la obligación de que un camión venga a recoger los animales, debería pasar lo mismo con la Junta y sus animales, que debería organizar un servicio de recogida y retirarlos”, subraya.

La dificultad para localizar cérvidos que hayan muerto recientemente para que las muestras sean susceptibles de análisis dejan las estadísticas en espera, sobre todo por lo que se refiere a si los animales padecían la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica.

“El año pasado, la EHE golpeó duramente a la cabaña bovina, sobre todo, con 11.000 animales muertos, entre la provincias de Ávila, Salamanca y Zamora, y es verdad que parece que no entró la EHE en los ciervos o no se veía. Este año ha habido más problemas. En la reunión que tuvimos hace unos días con la Dirección General de Producción Animal, nos dieron los datos de que estaban confirmados cuatro casos en Zamora y uno en Burgos”, informa el secretario general de UPACyL.

“Entonces, ¿de qué están muriendo los ciervos? Pues no lo sabemos, pero tendrán que coger muestras. Ahí está el problema. Yo creo que la Administración, ahora mismo, no tiene conocimiento, no sabe la cantidad de ciervos que está muriendo”, considera.

Bandadas de buitres

José Manuel Soto recalca que, por el momento, “se habla de cinco casos de EHE en ciervos” e incide en que “no se sabe si han hecho pruebas a más” ejemplares. “Lo que sí puedo decir es lo que he visto con mis ojos. Han caído bastantes animales en la cuenca del Tera”, recalca.

“De Villardeciervos hacia el norte, en los pueblos que lindan con el río Tera, ha habido bastante mortandad. No puede haber cifra oficial cuando no dan datos pero nosotros, en un principio, dábamos la cifra de más 200 en la comarca, pero sabemos que son más”, asegura.

El representante de COAG en Sanabria y La Carballeda no tiene dudas sobre la evolución de este episodio de aparición progresiva de ciervos muertos. “La mortandad empezó a primeros de agosto, poco a poco. La fuerte ha sido en los días de excesivo calor, que es cuando hemos visto más animales muertos. Y la señal clara estaba en las bandadas de buitres que volaban sobre el territorio. Aquí no hay buitres y, cuando vienen, sabemos que van a la carroña”, sentencia.

“Desde COAG y desde la Alianza, hemos pedido que se retiren los animales muertos, si no con el camión de recogida, por la dificultad de acceso en muchos sitios, sí se pueden hacer fosas y enterrarlos. Esa obligación la tenemos todos los ganaderos y, por eso, entendemos que Medio Ambiente, como responsable de la fauna, debería hacer lo mismo”, reclama.

Cabaña ganadera

A finales del pasado mes de agosto, la Junta de Castilla y León informó de que había 43 explotaciones ganaderas en la provincia de Zamora a las que se comunicó la posibilidad de casos, se hicieron análisis de todas ellas y 13 dieron positivo; once, negativo, a la espera de los demás resultados.

En la primera semana de agosto, se había declarado un foco en la unidad veterinaria de Puebla de Sanabria, con once explotaciones; seguido por la de Aliste, con dos, y una más en la zona de Tábara.

En este contexto, al margen del ganado, tan sometido a controles, un ciervo dio positivo en EHE y, desde entonces, el total oficial se cifra en cinco cérvidos afectados, con las consabidas reservas de la enorme dificultad que conlleva conseguir muestras válidas, ya que los animales silvestres no tienen tendencia a avisar de dónde ni cuándo piensan morirse.

A pesar de la escasez de muestras válidas, se han detectado cinco casos positivos por EHE, por lo que podría considerarse como enfermedad estabilizada en las últimas semanas. La propia consejera de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, María González, comentó hoy que la mortandad de ciervos “está disminuyendo” en la actualidad.

“Puede haber varias conjeturas ante la aparición de ciervos muertos desde hace tiempo. Ha habido algunos incendios. Los animales salvajes detectan mucho antes que nosotros señales químicas, como las que conlleva el humo, y las interpretan como peligro, por lo que abandonan el lugar donde están y huyen hacia otras zonas”, explica la presidenta del Colegio de Veterinarios de Zamora, Elena Laguno.

Sistema inmunológico

“Ante esa detección de peligro, un grupo de ciervos empieza a trasladarse y entra en contacto con otro, con su sistema inmunológico. A veces, el estrés de huir deprime el sistema inmunitario, más los nuevos patógenos que pueden estar en contacto por la nueva área. Ahí se pueden vehicular patógenos. Entonces, tanto el estrés que baja las defensas como la adaptación a los nuevos patógenos que se encuentran del grupo de su misma especie o de otras especies pueden generar muertes”, relata.

La lógica dice que varios grupos de cérvidos que se apiñan en una zona aumentan la densidad de animales por kilómetro cuadrado, de manera que los recursos, con especial hincapié en el agua, disminuyen proporcionalmente y obligan a los ciervos a estar más próximos unos de otros.

“Al estar juntos, se favorece que se puedan transmitir patógenos a través de la respiración y del contacto. Además, defecan y esas defecaciones van a producir materia que es el sustrato ideal para la ocultación de mosquitos y jejenes, que son los responsables de la vehiculación de la EHE”, anota Elena Laguno.

“Al estar los animales juntos, es más fácil que el mosquito empiece a succionar sangre y vaya de unos a otros y por lo tanto, a vehicular el virus de unos ciervos a otros”, insistió.

La presidenta del Colegio de Veterinarios de Zamora se refirió también a la “dificultad” para tomar muestras de sangre fresca y apostilla: “La otra parte del tema de los ciervos es tener que retirar los cadáveres temprano para evitar la descomposición y que bacterias de otra índole, como la Escherichia coli, la Salmonella o el Clostridium, propias de la micropoblación intestinal de estos mamíferos, vayan a aguas y puedan pasar a las personas”.

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