La transformación del territorio
El bosque comestible de Runcadio
La iniciativa transformará una hectárea de tierra baldía en un ecosistema productivo y sostenible
El proyecto de creación de un Bosque Comestible pretende transformar una hectárea de tierra baldía en Rucandio, en el Valle de Las Caderechas (Burgos), en un ecosistema productivo y sostenible que ponga en valor las variedades frutícolas y arbóreas autóctonas de la zona, y que, al mismo tiempo, tenga un enfoque formativo y educativo, involucrando a la población y a la provincia en la sensibilización ambiental, el apoyo a las economías locales y la promoción de una la buena alimentación.
Alcampo y la Fondation Auchan impulsan su puesta en marcha con 40.000 euros, de la mano de la Asociación Ábrego y la Asociación de Productores y Comerciantes del Valle de Las Caderechas. Así, imitando la estructura arquitectónica y funcional de un bosque natural, se plantarán 1.600 árboles frutales autóctonos, como manzanos, cerezos y perales, además de arbustos frutales, como arándanos, frambuesas, grosellas y moras. Entre ellas, destacan 30 variedades frutales, que incluyen diez variedades antiguas de gran valor patrimonial y gastronómico.
El presidente de la Asociación de Comerciantes y Productores de Valle de Las Caderechas, Juan José Gandía, manifestó que se trata de plantar árboles frutales, así como otras plantas que recrean el bosque como la robinia y el acebo, que son capaces, dijo, «de proporcionar nutrientes a las plantas sin necesidad de fertilizar». Gandía explicó que «esta selección no sólo fomentará la preservación de especies autóctonas, sino que también fortalecerá la producción de alimentos a nivel local, impulsando una agricultura regenerativa y sostenible».
«A través de la aplicación de nuevas técnicas de manejo del agua y la plantación de especies frutales y autóctonas, esta iniciativa busca regenerar el suelo y fomentar la biodiversidad», indicó Gandía. Una de las claves del proyecto será la implementación del sistema KeyLine, una estrategia de manejo del paisaje que maximiza la captación y filtración de agua, contribuyendo a un uso más eficiente y sostenible del suelo.
Conservar semillas autóctonas
La coordinadora de proyectos de la Asociación Ábrego, Astrid Henmark, explicó que este colectivo que se fundó hace diez años tiene como objetivo «la creación de redes, el apoyo a las personas que apuestan por los territorios vivos y el cuidado de nuestro entorno».
Este proyecto de esta hectárea surgió por «la idea de hacer un trabajo en colaboración, de poder tejer esas redes, aportar cada una de las dos asociaciones la información que sabemos para generar en esta hectárea un espacio de conservación de las semillas autóctonas de la zona, un espacio también experimental en el que implantar un diseño en Keyline, que es optimización de los recursos hídricos en este caso, y también que sirva como un espacio en el que se pueda dar formación tanto a personas que trabajan la tierra como a aquellas personas que quieren empezar proyectos de estas características».
Gandía añadió que la Asociación de Comerciantes y Productores de Valle de Las Caderechas está «muy interesada en que no se pierda la relación del campo con la ciudad, ya que poco a poco se va perdiendo, la gente viaja mucho pero no se fija en lo que tenemos aquí». «Nuestros recursos son muy importantes para nosotros y creemos que también para la gente que vive en las ciudades son importantes», expuso, al tiempo que añadió que «queremos que la gente de la ciudad se interese por lo que pasa en los pueblos, por lo que tenemos, que nuestras variedades no se pierdan, no se abandonen».
Borja Suárez, presidente de la Diputación de Burgos, confió en que «el conocimiento de este proyecto se pueda sustanciar también una relación directa de colaboración por parte de la Diputación provincial». Con su presencia, dijo, además de «para reconocer un proyecto y un trabajo muy ilusionante» en el que la institución provincial no participa directamente, expresó su deseo de «querer participar» porque, dijo, «todos los proyectos que sirvan de laboratorio, que sirvan con nuevas empresas a potenciar nuestros recursos endógenos, son proyectos que le interesan a la Diputación provincial». Anunció el «compromiso firme ya» con este proyecto, que «lo podremos sustanciar de aquí en adelante, empezando por hoy, que es conocerlo».
Uno de los cuatro de España
La directora de Alcampo Burgos, Carmen Odilón, destacó que «se da vida a un bosque para comérselo». Este proyecto, impulsado por la Asociación Ábrego y por la Asociación de Productores y Comerciantes del Valle de las Caderechas, con el respaldo financiero de la Fundación Auchan es, dijo, «mucho más que una iniciativa ambiental».
«Es una oportunidad para regenerar un espacio natural, preservar nuestro patrimonio agrícola y, lo más importante, involucrar a toda la comunidad en la construcción de un futuro más saludable y sostenible», expuso. Y precisó que «al transformar una hectárea de tierra baldía en un ecosistema productivo y sostenible, no sólo estamos recuperando el suelo, fomentando la biodiversidad y preservando los alimentos locales, sino que también estamos creando un espacio de aprendizaje y sensibilización para la población, donde queremos que niños, niñas, jóvenes y adultos tengan la oportunidad de aprender sobre la importancia de seguir una buena alimentación».
Una alimentación saludable
«En Alcampo trabajamos cada día para mejorar la vida de las personas y contribuir a la conservación del entorno natural y al desarrollo económico de las comunidades donde estamos presentes. Y el bosque comestible es un claro ejemplo de cómo podemos hacerlo», apostilló Odilón.
El proyecto, que nace con una subvención por parte de la Fundación Auchan de 40.000 euros, «comparte al 100 por cien los valores que están en el ADN de Alcampo» y eso le ha valido que sea uno de los cuatro proyectos que la Fondation respalda en España en su convocatoria de 2024.
Resaltó además que el proyecto permite, en línea con los objetivos de la Fundación, «sensibilizar y prevenir sobre los riesgos asociados a una alimentación desequilibrada, impulsar la creación de experiencias compartidas y reforzar los vínculos con una sociedad y facilitar la adquisición de conocimientos sobre alimentación equilibrada y saludable».