Diario de León

Tres claves del divorcio PP-Vox

Las probables elecciones convocadas por Mañueco, la acogida de los menores extranjeros y la política nacional podrían modificar el nexo de unión que les une por los pactos municipales

Imagen de Mañueco y Gallardo en las Cortes de Castilla y León. NACHO GALLEGO

Publicado por
Óscar Ventana
Valladolid

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Tres meses han pasado desde que Vox rompió los acuerdos de gobierno con el PP en varias autonomías, entre ellas Castilla y León, donde los puentes entre ambas formaciones han quedado en este tiempo tocados pero no hundidos, con mutuas descalificaciones gruesas pero sin cerrar la puerta a futuros acuerdos, como atestigua el hecho de que mantienen sus pactos municipales. Esos reproches tras la ruptura, el horizonte electoral y la influencia de las direcciones nacionales en esta relación son claves para analizar estos tres meses de resaca y lo que puede deparar el futuro, con el debate presupuestario a la vuelta de la esquina, ya con el PP en minoría parlamentaria y a expensas de acuerdos que le permitan sacar adelante esas cuentas. Lo contrario abriría dos escenarios: una prórroga presupuestaria a la que no hace ascos el PP porque las cuentas vigentes de 2024 son boyantes y fueron aprobadas en mayo pasado, aún con Vox en el Gobierno, o que el rechazo a las cuentas sea el argumento ideal para un adelanto electoral, como ya ocurrió a finales de 2021.

1.- Encontronazos

Con la acogida de menores extranjeros en el centro de la argumentación para romper en julio su acuerdo con el PP, Vox ha tomado la inmigración como uno de los arietes para diferenciarse del presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco (PP), aunque no ha sido el único motivo de enfrentamiento. De hecho, el más sonado ha llegado paradógicamente con la discrepancia respecto a la tramitación de la proposición de ley de concordia que ambos partidos habían pactado meses atrás y que ahora les enfrenta, entre acusaciones de «traición» y de «falta de palabra», pronunciadas contra Mañueco por el exvicepresidente Juan García-Gallardo (Vox), quien ha incidido en que el PP es «el PSOE azul». Por su parte, Mañueco y sus consejeros han incidido en que Vox únicamente se limita a cumplir con lo que le marca la dirección nacional del partido encabezado por Santiago Abascal, sin tener criterio propio y denunciando ahora asuntos que también se hacían con ellos en el Gobierno, como la acogida de menores extranjeros.

Pese a estos enfrentamientos abiertos y la expectativa de que habrá otros con asuntos como el aborto, el tratamiento de la violencia intrafamiliar y la violencia machista, tanto Mañueco como García-Gallardo han reconocido que tienen una buena relación y no han volado todos los puentes entre ambas formaciones, que votan juntas sin mayor problema en las iniciativas parlamentarias en las que coinciden.

2.- Elecciones a la vista

En las últimas semanas los argumentarios de ambos partidos desprenden ya un aroma preelectoral reconocible, más aún en un escenario en el que no está claro si el intento por sacar adelante las cuentas autonómicas por parte del PP va a ser real o puede ser aprovechado como lanzamiento de promesas electorales de cara al año próximo, que es lo que denuncia Vox.

Ya sea agotando la legislatura (febrero de 2026) o sea en los próximos meses de 2025, lo que está claro es que la ruptura del acuerdo entre PP y Vox y el gobierno en solitario de Mañueco llevan a la Comunidad a un escenario electoral más pronto que tarde, en el que, como ya ocurrió en 2021, las discrepancias presupuestarias pueden valer de argumento para justificar ese adelanto de las urnas. En este contexto, PP y Vox se afanan ya en la disputa de votos en su espectro ideológico común, con los populares convencidos de que la renuncia de su exsocio a la gestión puede pasarle factura entre aquellos electores que estuvieran apreciando los cambios introducidos por Vox en sus áreas de gobierno y los de García-Gallardo fiados a la defensa de sus principios y al argumento de que el PP no es de fiar.

3.- Feijóo, Abascal y...Sánchez

El argumento de la falta de autonomía lanzado contra un oponente político figura en el manual de ‘primero de política’ y tanto el PP como Vox lo han utilizado, lo utilizan y lo utilizarán en los próximos meses con variados temas troncales para su electorado en disputa, lo que no impide que mantengan indemnes sus pactos municipales en las ciudades de Valladolid y Burgos.

En unos años en los que la sucesión de elecciones generales, autonómicas y municipales no ha sido precisamente escasa, la influencia de unos y otros ámbitos está clara. La inestabilidad parlamentaria actual en España, con el Gobierno de coalición de PSOE y Sumar con dificultades para sacar cualquier norma en el Congreso de los Diputados conlleva que PP y Vox estén a la expectativa también sobre el final de la legislatura estatal. Y eso tiene su repercusión también en Castilla y León, incluida la fecha en la que finalmente se convoquen las elecciones, ya que un hipotético adelanto por parte de Sánchez facilitaría a Mañueco anticipar también las autonómicas y evitar así concurrir a las urnas en solitario, algo que no le dio buen resultado en 2022.

Adelanto electoral

En las últimas semanas los argumentarios de ambos partidos desprenden ya un aroma preelectoral
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