Una atracción fatal

Las jornadas sobre Periodismo y Política que se han celebrado estos días en Valladolid dentro de los actos conmemorativos del vigésimo aniversario del Estatuto lo han dejado bien claro: la relación entre políticos y periodistas es un tira y afloja constante, una «atracción fatal» en la que la necesidad se mezcla con el interés en un peligroso, aunque extremadamente atractivo, juego diario. Así lo pusieron de manifiesto algunos de los invitados a estas jornadas, entre los que figuraban el propio presidente Juan Vicente Herrera, el conocido periodista Ernesto Sáenz de Buruaga, o los portavoces parlamentarios del PP, Francisco Vázquez, del PSOE, José Francisco Martín, y del Grupo Mixto, Joaquín Otero. Esta necesidad recíproca y peligrosa es una realidad que alcanza a partir de ahora, una vez comenzado el mes de marzo, sus más altas cotas de intensidad. Y es que las elecciones están a la vuelta de la esquina. Y precisamente ésta es la época en la que políticos, y también periodistas, -aunque en otro sentido-, sufren una especie de «enajenación mental transitoria» que aumenta grados según se acerca el momento de desempolvar las urnas, según recono~ció estos días el propio Herrera.