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La autopsia confirma que el cuerpo que apareció en la vivienda de Salamanca es un párroco desaparecido

Aparece el cadáver de un cura en casa del asesino de la educadora

La familia de Juan José Gómez Rodríguez, el párroco de Ahigal de los Aceiteros (Salamanca) supuestamente asesinado por el marroquí A.F.M., que

Portal de acceso a la vivienda donde apareció el cadáver del sacerdote

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SALAMANCA. EP

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En un comunicado, la familia del sacerdote agradece «a los medios de comunicación su atención y ayuda durante los once días en que estuvo desaparecido, así como «el cariño y apoyo mostrado por muchas personas en estos días». El joven A.F.M., de 19 años y nacionalidad marroquí, quien ayer ingresó en prisión por el estrangulamiento de una educadora social y la agresión a un taxista en Zamora, es según todos los indicios el supuesto autor de la muerte del párroco de Ahigal de los Aceiteros y de La Redonda (Salamanca). Así lo confirmó el subdelegado del Gobierno en Salamanca, José Antonio Sacristán, quien compareció en conferencia de prensa acompañado del jefe superior del Cuerpo Nacional de Policía de Castilla y León, Segundo Martínez, después del hallazgo del cadáver del cura. «Todos los indicios indican que ha sido él», manifestó Sacristán, quien precisó que aún no se sabe si pudo haber alguna cooperación en el crimen del párroco, Juan José Gómez Rodríguez, de 42 años. El cuerpo sin vida fue encontrado en un piso, que se alquilaba por habitaciones, en la calle Unamuno de Salamanca, vivienda en el que A.F.M. residía sólo desde el pasado tres de enero. El cadáver fue localizado en un armario, en el dormitorio que ocupaba A.F.M., con una bolsa en la cabeza, atado de pies y manos, y otra bolsa que le cubría el cuerpo. Se encontraba en avanzado estado de descomposición, lo que hace suponer que la muerte del sacerdote se produjo posiblemente la misma noche de su desaparición, el pasado 23 de febrero, agregó el subdelegado del Gobierno. A.F.M. no se ha confesado autor del crimen del párroco de las poblaciones salmantinas de Ahigal de los Aceiteros y La Redonda, ni quiso dar datos sobre el domicilio en el que residía. Fue la colaboración de los agentes de Zamora y Salamanca la que condujo a la localización de la vivienda, donde los vecinos informaron de que, desde hacía varios días, se percibía un mal olor que salía de la casa.