Más de 500 personas despidieron a los cinco militares fallecidos

Antes de comenzar la misa, que ofició el arzobispo de Valladolid, Braulio Rodríguez, compañeros de los fallecidos portaron los cinco féretros, cubiertos con la bandera española, desde la capilla ardiente hasta el patio de armas al son de la marcha fúnebre para ser colocados ante el altar, cubiertos con coronas de flores y con la prenda de cabeza (gorra o boina en su caso). El arzobispo pidió a los familiares de los fallecidos un esfuerzo para tener fe en Dios ante una «inesperada muerte» y un «dolor rayando el desconcierto». La celebración fue breve, ya que los familiares estaban muy cansados. Federico Trillo impuso a los fallecidos la Cruz al Mérito Militar con distintivo amarillo a título póstumo, colocando la insignia en las gorras y boinas que permanecían sobre los féretros. El acto continuó con el ritual del plegado de banderas, las cuales fueron entregadas junto a gorras y condecoraciones a las familias de los fallecidos por el ministro de Defensa. Tres de las comitivas fúnebres se dirigieron por carretera a Madrid, Zaragoza y la localidad leonesa de Fuente de los Oteros para proceder al entierro, mientras que otras dos viajarán en un avión militar a Málaga y Melilla. Los féretros trasladan los cuerpos del sargento Francisco Javier González Santos, nacido en León; el sargento de Infantería Luis Ruiz de los Paños, de Madrid, y los sargentos alumnos Sahiz Sel-Lam Mohamed (Melilla), Ignacio Orea Cárdaba (Zaragoza) y Antonio Torres Puente (Málaga), todos de entre 28 y 35 años. Los dos primeros estaban destinados en la base de Agoncillo (Logroño) y pertenecían al Batallón de Helicópteros de Maniobra Bhelma III, mientras que los tres alumnos tenían destino en la Academia de Caballería de Valladolid. Ruiz de los Paños, Torres Puente y Sel-Lam Mohamed estaban casados y los dos últimos tenían un hijo. Defensa investiga las causas del accidente del helicóptero.