A SIETE DÍAS VISTA/Rosa Masegosa
Comienza la cuenta atrás
Ya estamos metidos en harina. Han sido muchos meses de preparación e incluso ha habido más de un simulacro, pero ahora ya es de verdad y, por mucho que se quiera, no hay posibilidad de dar marcha atrás: la campaña electoral ha comenzado. Si bien es sabido que en estos días de auténtica locura política, llamados campaña electoral, nunca se han ganado ni perdido unas elecciones (eso es algo que lleva mucho más tiempo), a juzgar por el entusiasmo con que los diferentes partidos políticos han dado el pistoletazo de salida, nadie puede negar que se palpa cierta emoción en el ambiente. De hecho, hay provincias donde la batalla electoral va a estar más que reñida. Es el caso de la provincia leonesa, donde la concurrencia de la Unión del Pueblo Leonés desbarata cualquier posible quiniela política, por mucho que los más expertos analistas de los medios de comunicación, y de los propios partidos políticos, aseguren conocer de antemano todos los caballos ganadores. Y es que la UPL lleva «sembrando» mucho tiempo y, para mal o para bien, ahora le toca recoger la cosecha. Los resultados que obtenga en el ámbito autonómico son la gran incógnita de estas elecciones, aunque sus integrantes llevan tiempo anunciado que el próximo 25 de mayo podrían convertirse en llave, bisagra o elemento indispensable del nuevo Gobierno de la comunidad. Sin embargo, y al igual que sucede en el campo real, cualquier previsión es un tanto arriesgada cuando se manejan un sinfín de variables. En este caso son muchas las preguntas que flotan en el aire: ¿habrá llegado la UPL a su tope de electores leonesistas?, ¿habrá efecto Zapatero en León y en el resto de la comunidad?, ¿influirán asuntos de política nacional como el apoyo a la guerra de Irak en las elecciones municipales y autonómicas? Lo que menos parece importar en esto de las elecciones son los programas concretos de los partidos políticos. Por supuesto que se conocen las líneas generales de lo que unos y otros quieren y hasta dónde serían capaces de llegar, pero, ¿qué hay de las medidas concretas, de las propuestas que luego, una vez pasen los comicios, habrá que cumplir? Es ahí donde los partidos políticos se estrujan la imaginación y ponen a trabajar toda su maquinaria a marchas forzadas, cada uno en la medida de sus posibilidades, claro. PP y PSOE presentaron el mismo día, el pasado sábado, los que serán sus grandes compromisos electorales. Familia, empleo, vivienda e infraestructuras centraron, como no podía ser de otra forma, sus respectivos programas. Ahora bien, con diferencias. El PSOE puso sobre la mesa algunas ideas realmente originales, como un permiso de paternidad independiente y adicional al que disfruta la madre; la creación de una policía autonómica y un aumento de las ayudas a las familias monoparentales y a las que residen en las zonas rurales. Entre las grandes novedades del programa autonómico de Herrera aparecen medidas para la conciliación de la vida estudiantil y la laboral y una mayor apuesta por la proyección exterior de la comunidad. Además, se llevaría a cabo una remodelación del Gobierno autonómico de manera que las áreas de Economía y Trabajo se unieran en una sola Consejería, mientras que las de Cultura, Turismo y Comunicación formarían un nuevo departamento en lugar de estar distribuidas en varias.