| Análisis | Tiempo para infinidad de asuntos |
Una reunión sin respiros
Resulta difícil de creer que en el transcurso de una reunión que duró tan sólo una hora, -incluso algo menos si se tienen en cuenta los inevitables minutos que se conceden a los medios gráficos y los consabidos saludos y preguntas de cortesía-, pudieran salir a relucir tantos temas y de tal magnitud para Castilla y León. Y aún es más complicado si, cronometrando el tiempo que duró la rueda de prensa, -más de cuarenta minutos- que posteriormente ofreció el presidente de la Junta, se piensa que en la reunión también debieron decir alguna cosa el propio Aznar y el ministro de Administraciones Públicas, Javier Arenas. De todos modos, algo debió fallar ayer en el reloj de ambos responsables políticos puesto que, mientras el presidente Herrera convocaba a los medios de comunicación de su comunidad para las 10.30 horas de la mañana, Aznar le convocaba a él para media hora antes. Este desfase de agendas, que provocó no pocos problemas a los informadores que supuestamente acompañaban al presidente autonómico, pone de manifiesto lo lejos que en realidad se encuentran los despachos de los dos políticos populares. Si bien el propio Herrera señaló que habla habitualmente con Aznar en el marco de las reuniones de partido, resulta chocante que a lo largo de los últimos dos años y medio tan sólo se haya producido otro encuentro similar al de ayer. A este ritmo, en el próximo no se podrá ni respirar.