El hundimiento del túnel del AVE se debió a una falla, según el Gobierno

El Gobierno cree que una pequeña falla es la causa de l hundimiento que se produjo el pasado día 6 de junio de parte del túnel del Tren de Alta Velocidad (TAV) que cruza la Sierra de Guadarrama en la provincia de Segovia. La Administración central subraya también que gracias a la exhaustiva campaña de investigación geológica-geotécnica realizada en la zona se evitaron daños personales y perjuicios ecológicos o económicos de entidad. En una respuesta a la diputada socialista María Teresa Fernández de la Vega, el Ejecutivo afirma que el principal motivo de la incidencia es la coincidencia de una zona de escasa cobertura con el elevado grado de fracturación y baja cohesión de los materiales a excavar. En este sentido, explica que esta escasa montera viene determinada por el importante condicionante que establece la Declaración de Impacto Ambiental, que exige el paso de la nueva infraestructura de Alta Velocidad sea subterráneo, tanto por la zona de Especial Protección de las Aves del Pinar de Valsaín como por la ampliación propuesta. Esta propuesta obliga a cruzar en túnel bajo la Vaguada del río Eresma y la zona de fallas de Valparaíso. Ante la detección de esta falla, la zona ha sido objeto de una campaña geológica-geotécnica que permitió detectar y caracterizar la falla existente, de unos cincuenta metros de espesor, y se optó por realizar tratamientos de consolidación del terreno en la zona anómala. Estos trabajos se realizaron especialmente sobre un área de falla de dos metros y medio de material de relleno arcilloso superficial y un estrato de roca alterada de diecinueve metros sobre la traza del túnel. Sin embargo, el alto valor ecológico y ambiental de la zona atravesada desaconsejó utilizar técnicas de gran eficacia geotécnica que pudieran implicar afecciones de entidad importante sobre el medio, eligiéndose otros métodos de utilidad más moderada que fueron recogidos en un procedimiento de actuación que fue remitido a la Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental para su aprobación. Máximas precauciones Por este motivo, se previó adoptar las máximas precauciones y se estableció un plan de «auscultación» y un riguroso control de las incidencias, que permitió minimizar los daños dado que toda la zona de influencia de la tuneladora se encontraba vallada, y se impedía el paso incluso a los equipos responsables de los elementos de medición, que realizaban su trabajo desde una zona sin peligro. Gracias a estas medidas, los daños ecológicos fueron escasos ya que se realizó el oportuno inventario de las especies con potencial afección, esencialmente robles melojos, y un plan de restauración para la recuperación global del ecosistema alterado, para cuyo seguimiento se ha procedido a la contratación de técnicos forestales especialistas.