Confluencia de intereses para optimizar los recursos humanos

El acuerdo marco para fomentar la movilidad recíproca de los empleados públicos entre las administraciones responde a una confluencia de intereses. Por un lado, el de los gobiernos de «optimizar el rendimiento de sus recursos humanos, con la aspiración del personal de modificar su localidad de destino y las tareas que desempeña» y, por otro, la posibilidad de promocionar la carrera de los funcionarios y hacer compatible su vida profesional con la familiar, puesto que numerosas parejas viven separadas por tener sus trabajos en distintas comunidades, según refleja el texto del convenio. El documento consta de una decena de páginas y dedica un apartado especial a la «cooficialidad de lenguas» con un tratamiento «específico para aquellas administraciones públicas que tienen dos lenguas oficiales». En definitiva, se trata de un doble compromiso: el del funcionario que accede, quien asume la necesidad de aprender, y el de la comunidad receptora que se obliga a facilitar la formación oportuna. En cuanto a los puestos abiertos, éstos «se cubrirán por los distintos sistemas de provisión vigentes en los que podrán participar los funcionarios de cualquiera de las administraciones públicas, que suscriben el acuerdo marco».