Diario de León

| Crónica | A siete días vista |

Como una Torre de Babel

Pilar del Olmo se apuntó un tanto gracias al consenso logrado en Caja España, mientras que otro consejero, José Valín, ha cerrado la puerta a cualquier diálogo en el Consejo Regional Agrario

Joaquín Otero y Pilar del Olmo charlaron animadamente en el pleno

Joaquín Otero y Pilar del Olmo charlaron animadamente en el pleno

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Rosa Masegosa - valladolid
León

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En una semana plagada de celebraciones, felicitaciones, convites varios y alguna que otra reunión de tono bastante más serio, la protagonista indiscutible, junto a la Navidad, ha sido la consejera de Hacienda, Pilar del Olmo. Y es que, además de ver cómo se aprobaba su primer proyecto de presupuestos, -ya flamante Ley-, Del Olmo ha logrado estos días algo, si no tan importante, al menos sí mucho más difícil, como es haber alcanzado el consenso en el seno de Caja España. Si bien en lo primero no había muchas dudas ni casi ningún pescado que vender, en lo segundo la actuación de la consejera de Hacienda quizá no pase a los anales de la Historia, pero sin duda ocupa ya un lugar relevante en su breve currículo político o, si se tratara de un balance económico, del apartado de sus haberes. Las malas lenguas dicen que en la reunión del Consejo de Administración de la entidad se hablaba ya en latín e inglés antes de que llegara la consejera para poner orden en semejante Torre de Babel. Del Olmo que, más que mujer de carácter es una persona que habla muy clarito, se hizo entender rápidamente por todos, -quizá, y por extraño que parezca, los que más tardaron en comprender fueron los de su propio partido político-, quedando las cosas como ahora están, por mucho que haya quien vislumbre reticencias donde todo el mundo ve consenso. El cuento de siempre Donde también se percibe alguna que otra duda es en la anunciada reforma del Reglamento, acuerdo previsto para este mismo mes de diciembre que no acaba de llegar. Lo malo es que no es la verdadera (ya llevamos ocho años hablando de lo necesario que es cambiar las reglas del juego parlamentario), nadie se lo va a volver a creer. Vamos, como en el cuento del pastorcillo y las ovejas. Hablando de ovejas, las que no vuelven a redil son las organizaciones agrarias, que desde hace un mes no hablan ni quieren hablar con el consejero de Agricultura, José Valín, desde que éste decidiera ampliar el Consejo Regional Agrario, principal foro de diálogo del sector, haciendo que también participen en él las cooperativas agrarias. Los sindicatos se han mostrado estos días preocupados con esta situación y, sobre todo, con el cambio de actitud del consejero de Agricultura, que siempre se ha caracterizado por su talante consensuador. No obstante, insisten en que no van a dar marcha atrás y que es Valín quién tiene que reflexionar para ponerle punto y final a esta situación. No lo tiene nada fácil el consejero de Agricultura. Y eso que esta semana se ha hecho mercedor de uno de los premios que conceden los periodistas que habitualmente cubren la información parlamentaria por haber sabido acercar el Parlamento a la calle¿ Claro que el premio se le concedía en realidad por lo contrario: por haber acercado la calle al Parlamento con tanta manifestación de agricultores, sobre todo regantes, a las puertas del castillo de Fuensaldaña. Lo dicho, no lo tiene nada fácil el consejero José Valín, porque ya se sabe que en el campo... nunca llueve a gusto de todos. Otro político que recibió esta semana el reconocimiento de los periodistas parlamentarios fue el procurador y portavoz de la UPL Joaquín Otero. Además de ser un reconocido orador en la tribuna parlamentaria, -algunos dicen que es el único procurador al que realmente se le entiende-, Otero se ha ganado el premio por otras dos razones. La primera, que «se lo está currando», puesto que al haber perdido un procurador en esta legislatura, el trabajo se le ha multiplicado considerablemente al portavoz de la UPL, que en alguna ocasión ha tenido que estar en dos Comisiones parlamentarias a la vez, con lo que eso supone de subir y bajar escaleras en el castillo Fuensaldaña. Por otro lado, Joaquín Otero ha ampliado las miras de su habitual discurso leonesista, introduciendo de vez en cuando otros matices que han sido rápidamente captados en Valladolid y agradecidos en el resto de provincias.

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