Multitudinario entierro en Aldehuela de Yeltes

Más de un millar de personas asistieron ayer en Aldehuela de Yeltes a las honras fúnebres por los seis jóvenes fallecidos en una emotiva ceremonia en la que estuvieron presentes cuatro de los cuerpos de las víctimas. Fue un emotivo funeral en el que se vivieron escenas de intenso dolor por parte de los familiares de los fallecidos, así como de los numerosos amigos de los jóvenes que no pudieron retener las lágrimas durante la celebración. El dolor de los familiares y amigos de las víctimas en el ceremonia celebrada en la iglesia de La Purísima de la pequeña localidad de Aldehuela de Yeltes hizo necesaria la intervención de equipos de psicólogos de Cruz Roja y la Diputación de Salamanca trasladados al municipio, que tuvieron que atender a cinco personas. La celebración exequial, en la que por ser Sábado Santo no incluyó la Eucaristía, estuvo presidida por el obispo de la diócesis de Ciudad Rodrigo, Atilano Rodríguez, al que acompañaban seis sacerdotes de los pueblos vecinos. Atilano Rodríguez se dirigió a los familiares de las víctimas, y en particular a los de Iván Gándara, de 21 años, Jaime Chaves, de 17; Jon Chaves, de 19, y Celia Gallego, también de 19, cuyos cuerpos se encontraban presentes, y les animó a «saber llevar este duro trance que el Señor ha puesto en vuestro camino». Oración del obispo El obispo civitatense eligió la oración que compuso la Conferencia Episcopal con motivo de los funerales por las víctimas del 11-M para, con una adaptación para el caso, hacer llegar a los afectados «el apoyo de Cristo, de toda la Iglesia, y de la sociedad». Ante más del millar de personas que abarrotaron el templo y los exteriores del mismo, Rodríguez se refirió al accidente que costó la vida ayer a los seis jóvenes con edades comprendidas entre los 17 y los 21 años como un hecho «desproporcionado y brutal».