«En el tema de las tasas pido a los regantes un margen de tiempo»

La nueva presidenta de la Confederación Hidrográfica del Duero es una vallisoletana de 45 años licenciada en Ciencias Biológicas y con una breve, aunque íntensa carrera política. Hasta el pasado viernes era la secretaria de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio del PSOE de Castilla y León y, en su labor como procuradora en las Cortes, desempeñaba el puesto de portavoz socialista en la Comisión de Medio Ambiente. Si bien todavía no hace un año que se había estrenado en el castillo de Fuensaldaña, a Helena Caballero le gustaba el trabajo parlamentario, algo que, asegura, sin duda va a echar de menos en su nuevo cometido público. -A menos de 24 horas de su nombramiento, y a otras tantas de su toma de posesión, ¿qué objetivos se ha marcado ya a la hora de ocupar el sillón del presidente de la CHD? - Mi gran objetivo es básicamente abrir la Confederación a la sociedad. Quiero hacer una gestión transparente y otra vez pública del agua a base de información y participación ciudadana. Es lo que yo llamo poner a las confederaciones en el siglo XXI. Creo que es algo que hay que hacer en todas las confederaciones en mayor o menor medida. Por otro lado, mi deseo es integrar los conceptos medioambientales en la política de aguas lo cual supone un cambio total de filosofía con lo que se venía haciendo hasta ahora. En este sentido, supondrá la puesta en marcha de la política de aguas del PSOE. -¿Borrón y cuenta nueva? -No en todo, por supuesto, pero tengo que decir que el PP es mucho más conservador en esta materia y a pesar de la aprobación de la nueva Directiva europea de Aguas, que entró en vigor este año, ha seguido haciendo lo de siempre, es decir privatizando la gestión, las obras, etc. -Ha dicho que todas las confederaciones tendrán que modernizarse más o menos. ¿Cuál cree que es el estado en que se encuentra la CHD? -Muy atrasada. Basta con consultar las páginas web de cada una de las confederaciones españolas para darse cuenta de ello. En información, cero. -¿Y cuál es el talante con el que llega a su nuevo cargo? -El de trabajar codo con codo tanto con el personal de la propia institución como con las consejerías con las que más tendré que relacionarme, así como con los propios ayuntamientos y comunidades de regantes. Mi intención es estar siempre «al lado de» y creo que en eso me va a ayudar mi experiencia política durante los últimos meses en las Cortes de Castilla y León. -¿En qué no se parece a su predecesor en la CHD? -A primera vista, en que no llevo bigote, ni lo que eso puede representar (ríe). Hablando en serio, creo que no nos parecemos en absoluto. Y no sólo porque yo sea mujer, sino porque tenemos carácteres totalmente opuestos. A mí me gusta ser crítica, pero también ponerle un poco de sentido de humor, que creo que es cómo mejor se entienden las cosas. Tenemos un talante totalmente diferente. -Desde su nuevo cargo, y teniendo en cuenta que ha sido algo muy criticado por su partido, ¿cómo valora el retraso que acarrea el Plan Nacional de Regadíos? -Creo que lo que tenemos que hacer entre todos es dar un impulso muy importante sobre todo a la modernización de regadíos, tanto desde la CHD como desde la Junta de Castilla y León. Es fundamental que, para que gestionemos mejor el agua, modernicemos primero las infraestructuras, algo en lo que, además, debemos aprovechar los fondos europeos mientras los tengamos. Para mí, más incluso que las nuevas infraestructuras, la prioridad es mejorar la gestión de un recurso que no es ilimitado en absoluto. Creo que ése es un concepto que también hay que cambiar. -¿Y cómo cree que puede resolver un problema enquistado como el de las tasas de los regantes del Carrión? -A los regantes del Carrión les pido un margen de tiempo y de confianza porque creo que es un problema que la Confederación tenía atascado. En principio, pienso que habría que intentar llegar a una solución en la que estuvieran de acuerdo todas las comunidades de regantes, aunque entendiendo que no todas las zonas son iguales. En ese caso, serían las comunidades de regantes las que también tendrían que llegar a un acuerdo, mientras que el resto de administraciones implicadas, y entre ellas también incluyo a la Consejería de Agricultura, tendrían que arrimar el hombro. -A partir de ahora le va a tocar lidiar con la Consejería de Agricultura... -No creo que vaya a tener ningún problema. En mi labor parlamentaria no he tenido ningún roce con la Consejería de Agricultura, aunque sí con la de Medio Ambiente y sin embargo la relación es buenísima y la actitud es siempre de búsqueda de soluciones. Creo que con Agricultura también va a ser de esa forma. El consejero José Valín, que me ha visto en los plenos, sabe qué talante puede esperar de mí. -¿Va a echar de menos su trabajo en las Cortes de Castilla y León? - Estoy segura de que lo echaré de menos, aunque creo que me meto en una vorágine tan diferente y asumo un reto tan apasionante que no tendré mucho tiempo para notarlo. Ahora paso a la gestión directa y, además, con el gran reto de trasladar la Confederación Hidrográfica, que data de los años 20, al siglo XXI, con todo lo que ello conlleva de transformación en su estrucutra, en su filosofía, en su apertura a la sociedad... Me hace mucha ilusión este cambio aunque, ¡quién sabe si en el futuro no volveré a tener una etapa parlamentaria!