Mensajes desde la Junta a Madrid vía Fuensaldaña

El último pleno de las Cortes de Castilla y León antes del verano, y sin contar el debate sobre el estado de la comunidad que con toda probabilidad se celebrará antes del próximo mes de julio, fue cuando menos curioso. Y es que, lejos de dar la imagen del tradicional cajón de sastre en el que acaban convirtiéndose todos los «plenos escoba» que ponen punto y final a un periodo de sesiones, el de esta semana aportó varios momentos «estrella» que sin duda pasarán a formar parte del particular anecdotario del castillo de Fuensaldaña. En primer lugar, el portavoz de la UPL, Joaquín Otero, -quien en otro momento del pleno se atrevió a invitar a Silván y al propio Herrera a una singular acampada frente a varias sedes del Gobierno central-, logró casi sin esfuerzo lo que en un pasado no muy lejano hubiera parecido totalmente imposible, como es convencer al PP y al PSOE de que voten a favor de eliminar los peajes de Campomanes y Astorga. A los primeros, porque siempre habían dicho que no, y a los segundos, por aquello de que ahora van a poder cumplir lo que prometen... En este mismo sentido, el último pleno pasará a los archivos documentales, -que no a los anales de la historia-, como el primer capítulo de una peligrosa e infértil rutina. Y es que, la parte en la que los procuradores formulan preguntas al Ejecutivo autonómico se ha convertido en un ir y venir de reivindicaciones, acusaciones y otras constantes referencias al Gobierno central que preside José Luis Rodríguez Zapatero. Que si la ministra de Fomento no se digna a recibir a los responsables de la Junta, que si la de Medio Ambiente informa antes a los medios de comunicación que a la Consejeria que dirige Maria Jesús Ruiz, que si el Gobierno no va a cumplir lo que prometió en campaña o que si el presidente todavía no ha ido a la Moncloa... Tanto es así que hasta por dos veces los procuradores socialistas tuvieron que recordar al resto que las Cortes son la Cámara legislativa autonómica y que en ella se deben debatir los problemas de la comunidad, así como ejercer una función de control a la Junta, en lugar de dedicarse a enviar continuos mensajes a Madrid. Peligros de usar el móvil El que no volverá a utilizar el móvil en el hemiciclo ni para mandar mensajes de texto es el propio presidente de las Cortes, José Manuel Fernández Santiago, quien el otro día sufrió en sus carnes la terrible vergüenza de ser escuchado por todo el mundo mientras mantenía una conversación de lo más privada desde la tribuna, -con el micrófono abierto, claro-. Cosas de las tecnologías que, por otro lado, tanto le gustan al propio afectado...