Los bosques de la comunidad, a la cabeza en fijación de dióxido de carbono

Los bosques de Castilla y León ocupan el segundo lugar en fijación de dióxido de Carbono (CO2), según el último informe del Segundo Inventario Forestal Nacional al evitar que se emita a la atmósfera un total de 22.619.013 toneladas al año. El CO2 constituye un 60% de la emisión total de gases invernaderos. Como molécula, concretamente, es el menos nocivo en relación a su capacidad de provocar calentamiento global (el metano, por ejemplo, tiene un potencial 21 veces mayor). Sin embargo, el problema que existe con él es el volumen que se genera en el conjunto del planeta debido a los hábitos de la sociedad. Los puntos en los que los gases invernadero son «atrapados», impidiendo que lleguen a la atmósfera, se denominan sumideros de CO2. Así, los bosques son áreas donde esta labor se ejerce con gran efectividad, aunque las masas arboladas son sumideros temporales. La muerte de las zonas forestales, acelerada por incendios, libera de nuevo a la atmósfera el exceso de carbono en forma de óxidos de carbono o metano, sustancias perjudiciales y que incrementan el agujero de ozono formado en las zonas polares. De ahí la urgencia de promover no sólo un crecimiento de las masas forestales en las distintas comunidades autónomas, sino de impulsar la importancia de la conservación de las existentes y de las futuras que están por desarrollar a través de planes de reforestación.