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León registra el menor aumento de inmigrantes de la comunidad desde julio

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efe | valladolid

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El número de inmigrantes censados aumentó un 28,31% entre julio y diciembre de este año en Castilla y León, donde pasó de 30.667 a 39.351 personas, debido al efecto llamada del proceso de regularización extraordinaria anunciado por el Gobierno central. Así lo afirmó ayer el consejero de Presidencia de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, que utilizó datos de los padrones municipales de los principales ayuntamientos de la comunidad. La menor incidencia se ha registrado en León, con una subida del 5,8% entre julio y diciembre, seguido de Burgos, donde el incremento fue del 11,18%. Mañueco atribuyó el aumento de inmigrantes censados al denominado efecto llamada, tras conocerse que el Reglamento de la Ley de Extranjería que prepara el Gobierno recoge una disposición adicional que regularizará a un amplio número de inmigrantes. «Castilla y León no destaca por el número de inmigrantes», arguyó el consejero, quien aseguró que la comunidad no se opone a que entren «más personas en la autonomía, aunque de forma regulada, ordenada y legal». Soria, un 2.700% más Los datos en algunas capitales de provincia son significativos, como el caso de Soria, donde el número de extranjeros empadronados ha pasado de 118 a 3.305, lo que supone un incremento del 2.700% en cuatro meses. En Ávila, los datos han evolucionado de forma similar, con un aumento del 127%, y 940 inmigrantes censados frente a los 414 de principios de verano, y en Salamanca reflejan un aumento importante de personas de otros países, que suman 7.532 a 1 de diciembre por los 5.638 contabilizados en julio, lo que supone un incremento del 33,5. En muchos casos los empadronados extranjeros no viven realmente en las capitales, precisó Fernández Mañueco. Con contratos bajo el brazo «Los inmigrantes deben venir desde sus países de origen con los contratos debajo del brazo», señaló el consejero de Presidencia, quien afirmó que una regularización extraordinaria, como la que pretende el Gobierno «es algo peligroso no sólo para Castilla y León sino para el país» debido al afecto llamada y porque facilitará «la entrada de mafias». Los datos demuestran que el incremento de población extranjera ha sido positivo en todas las capitales de provincia.