Antón reconoce que había deficiencias en la residencia de Paredes de Nava

El consejero de Sanidad, César Antón, reconoció ayer que el sistema de autocontrol de la residencia San Marcos de Paredes de Nava (Palencia) aunque existía no era completo y que tres de los doce trabajadores no tenía la formación suficiente para la manipulación de alimentos. No obstante, aseguró que el resultado de la inspección indica que hubo una manipulación correcta de los alimentos, higiene y salubridad en el centro. Antón, que compareció ante la Comisión Permanente Legislativa de Sanidad a petición del Grupo Parlamentario Socialista y del Popular, para esclarecer los hechos y las circunstancias que rodearon a la intoxicación que el pasado 2 de octubre provocó la muerte de 6 ancianos, aseguró que asume «su responsabilidad pero no la que no es suya» y recordó a que existe una normativa europea que recoge que «los responsables de la elaboración de un alimento son quienes los elaboran» y que «la vigilancia es de la Administración». El citado sistema de autocontrol, sobre el que el Grupo Socialista insistió en reiteradas ocasiones y que a su juicio falló, depende directamente de los responsables de la empresa y versa sobre códigos de buenas prácticas. A lo largo de su intervención el consejero también afirmó que, como ya indicó en su día, el acta levantada por el inspector de Sanidad reflejaba que la cámara frigorífica de conservación presentaba fallos en el marcador de temperatura y que la mesa caliente no alcanzaba la temperatura adecuada para la destrucción de bacterias. «Nosotros hemos hecho lo que nos correspondía, labores de inspección, vigilancia y control», afirmó el consejero de Sanidad, a la vez que mantuvo que desde que se tuvo conocimiento del hecho se puso a disposición el protocolo de toxinfecciones alimentarias, se prestó la asistencia adecuada, se recurrió a la Justicia para que investigara el suceso y se abrió un expediente sancionador para depurar responsabilidades. Consejo Regional de Salud Por otro lado, ayer se celebró pleno del Consejo Regional de Salud, en el que se informó del decreto por el que se regula el registo único de pacientes en lista de espera quirúrgica, que será aprobado en los próximos meses. Según el borrado de este decreto, los más de 116.000 pacientes que cada año se someten a una intervención quirúrgica programada en Castilla y León permanecerán un tiempo máximo de cinco meses en lista de espera, en concreto 165 días, momento en el que tendrán derecho a elegir un centro sanitario. En el caso de la cirugía cardíaca no valvular y oncológica, la espera será de un mes.