Tras el periplo, saltan las alarmas

Marcharon con la mejor de las sonrisas, un documento ampliamente consensuado y una gran dosis de optimismo, pero volvieron con el ceño fruncido. Y es que la cosa no está nada fácil en Bruselas. A pesar de que cada vez son más los países con derecho a un trozo del pastel, los más grandes no quieren seguir aportando al mismo ritmo que hasta ahora, lo que al final va a perjudicar gravemente a territorios como Castilla y León, que sí ha hecho los deberes pero que todavía se encuentra a medio camino de una verdadera convergencia. Además, y para no variar, la última decisión será una simple cuestión de política y no de solidaridad, como reclama el presidente Herrera, algo que ha provocado que los tres partidos políticos partipantes en el periplo a Bruselas hayan hecho saltar ya todas las alarmas. Así, mientras Villalba insta a «ponerse las pilas» durante el poco tiempo que le queda a Castilla y León como «miss Objetivo 1», Otero lanza al aire una propuesta bien intencionada pero difícil de llevar a cabo. Alerta Por su parte, Herrera alerta de que, a nivel nacional, España sufre la misma situación que la comunidad, -su actual nivel de convergencia la aboca a una inminente pérdida de otro pastel, el de los fondos de cohesión-, lo que al final acabaría afectando a Castilla y León donde más le duele, es decir, en las infraestructuras.